Tribuna Económica

Rogelio / velasco

¿H asta cuándo aguantaremos?

LA reunión de primavera mantenida ayer martes por el FMI echó un nuevo jarro de agua fría sobre la economía española. Aunque no es el único informe que alerta del peligro de nueva recesión en la UE, el presentado ayer desvela cifras concretas más negativas de lo previsto, extiende la recesión a toda la UE y arroja nuevas dudas sobre el momento en que tocaremos fondo porque la recesión se va a prolongar.

Empeoran las perspectivas de crecimiento, previsto para este año en el -1,6%, de deuda pública, que superará el 90%, y de desempleo que aumentará dos puntos respecto del año pasado, hasta el 27%. Para 2014, el déficit volverá a empeorar hasta un nivel cercano al 7% y la deuda casi alcanzará el 100% del PIB. Un débil crecimiento del 0,7% para 2014 no logrará contener la evolución descrita tan negativa.

Con el circuito de financiación bancario roto en Europa, el crédito a las familias y empresas creciendo a tasas negativas, las expectativas hundidas y un crecimiento de las exportaciones más moderado, las perspectivas para los próximos meses no podían ser optimistas. Pero ha sido la propia revisión a la baja del crecimiento de los principales países europeos lo que ha provocado el duro ajuste de las cifras para España. Durante los dos últimos años, las dinámicas exportaciones compensaron en parte la contribución negativa del mercado doméstico. Estos próximos meses lo vamos a tener incluso más difícil porque la recesión europea afectará negativamente a las exportaciones.

Las cuentas públicas vuelven a deteriorarse por la caída del PIB. Pero, además, el alto nivel de deuda está acelerando el crecimiento del servicio de la misma. Este año crecerá un 33% respecto del pasado, alcanzando casi el 4% del PIB.

La situación del mercado de trabajo no se ha transformado en un estallido social porque el seguro de desempleo está funcionando, como también las ayudas de las propias familias a los miembros desempleados. Sin embargo, el tiempo transcurrido desde el inicio de la crisis está agotando también esas fuentes, tanto públicas como privadas.

La política monetaria por sí sola no resuelve los problemas estructurales de una economía. Los ajustes hay que continuarlos. Ayer mismo se hizo público un trabajo del profesor Ángel de la Fuente en el que muestra que en el periodo que transcurre de 2003 a 2012, el desequilibrio en las cuentas públicas autonómicas se ha debido, sólo en un 20% a la caída de ingresos tributarios, y en un 80% al incremento del gasto. Esto muestra la actual insostenibilidad del sector público español, con independencia de la coyuntura.

Ahora bien, lo que resulta inaceptable es que desde el centro de Europa se estén pidiendo sacrificios a la población de una magnitud y a una velocidad tal que pongan en serio peligro las normas básicas de convivencia de un país occidental. Resulta milagroso que nada grave haya ocurrido todavía.

Sin seriedad y rigor nada se arregla. Pero creemos que debería funcionar ya una cuenta atrás muy rápida para que el ritmo de los ajustes se adapten más a la capacidad de sacrificio de la población. Resulta urgente un cambio desde el centro de Europa, aunque nosotros mismos tenemos que contribuir a resolver situaciones que no se pueden sostener.

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