Lorenzo Amor

Si a los autónomos nos va bien a Andalucía le irá mejor

Las nuevas medidas de estímulo son esenciales para el país, puesto que son los trabajadores por cuenta ajena los únicos que pueden crear riqueza y empleo

DURANTE el año pasado los autónomos se han visto obligados a soportar toda una batería de medidas de ajuste que les ha afectado directamente a sus ingresos. Quizá, las dos más sangrantes han sido la subida de la retención en el IRPF y el incremento del IVA, y aún se están viendo sus efectos en la caída del consumo. Cuando pensábamos que el 2013 iba a continuar por el mismo camino, el Gobierno ha decidido cambiar el rumbo y plantearnos reformas para incentivar la economía centrando la mirada directamente en quiénes podemos convertirnos en bisagra de la salida de la crisis: los autónomos. Ha sido una buena idea que supone un punto de inflexión respecto a lo que se ha venido haciendo hasta ahora. Y además, pienso que se ha planteado en el momento adecuado, cuando algunos indicadores macroeconómicos nos señalan que comenzamos a caminar hacia la luz. Efectivamente, el Gobierno se ha dado cuenta de que no bastaba con reducir el déficit, lograr una balanza de pagos por cuenta corriente en positivo o acometer el necesario saneamiento del sistema financiero. Sin duda, se trata de elementos importantísimos para la recuperación económica pero faltaba el impulso, un cambio de chip que completara lo realizado hasta ahora. Y más aún, era necesario que este empujón para salir de la crisis se diseñara también de abajo arriba, desde la economía real a la economía con mayúsculas. Era imprescindible incidir en los autónomos, la clave de la generación de actividad y empleo. Y esto no lo digo por vanidad o en un intento de llevar el ascua a nuestra sardina. Se puede ver claramente en unos simples datos. Durante el 2012 -uno de los ejercicios más duros que hemos padecido- fuimos el único colectivo que generó empleo neto, concretamente 74.000 puestos de trabajo asalariado y se contabilizaron 43.000 nuevos autónomos personas físicas con trabajadores. Sólo en Andalucía hubo 14.809 autónomos personas físicas con asalariados a su cargo más que el año pasado. Y estas cifras vienen a decirnos que, si hemos sido capaces de crear empleo en las duras condiciones del 2012, cuánto más podremos aportar al mercado laboral con un poco de ayuda en materia de cotizaciones, impuestos y eliminación de trabas administrativas. Si este ha sido el avance en materia de lucha contra el desempleo que hemos logrado los autónomos en un año sin apenas estímulos -exceptuando el Plan de Pago a Proveedores, que supuso una inyección de 5.000 millones de euros sólo en Andalucía- habrá que imaginar lo que podrá conseguirse si se ponen en marcha medidas para impulsar a los microempresarios. No necesitamos mucho. Basta con eliminar algunas piedras que nos dificultan subir la cuesta, que muchas veces incluso impiden remontarla y nos abocan al cierre de nuestros negocios.

Por todo esto que digo, los autónomos valoramos especialmente las medidas que el Gobierno ha aprobado recientemente. Me refiero al Plan de Apoyo al Emprendedor y de Estímulo al Crecimiento, al nuevo tramo de repesca del Plan de Pago de Proveedores que supondrá ingresar otros 2.600 millones de euros en las cuentas de muchos autónomos y a los necesarios ajustes que se van a realizar en la Ley de Morosidad obligando a pagar a un máximo de 60 días, con mayores sanciones para los incumplidores.

Y digo que valoramos positivamente este plan por varios motivos. Primero porque incide en la solución de algunos problemas que venían manifestándonos muchos jóvenes y que nosotros transmitimos al Gobierno durante la negociación de estas medidas. No es bueno que una persona se lance a crear un negocio y se le pida que pague cotizaciones e impuestos antes de ingresar su primer euro. Por ello, es interesante que el joven menor de 30 años sólo abone una cuota de 50 euros a la Seguridad Social durante los seis primeros meses de actividad y luego cuente con otros seis meses en los que percibirá una reducción de un 50% en la cotización. Además (también las mujeres menores de 35 años) dispondrá de otros 18 meses con un descuento del 30% en sus cuotas. En total, disfrutará de dos años y medio de ayudas, tiempo creo que suficiente para instalarse como autónomo porque, como todo el mundo sabe, los comienzos suelen ser difíciles. Pero también se le va a permitir compatibilizar el cobro de la prestación por desempleo con el inicio de una actividad por cuenta propia y ampliar al 100% la posibilidad de emplear el seguro de paro como capital inicial en la apertura de un negocio. Y asimismo pienso que es bueno que un joven pueda volver a cobrar el desempleo (si no ha agotado la prestación) en el caso de que ese negocio le vaya mal y decida cerrarlo. Todas son medidas importantes aunque, quizá, la que a mi me gusta señalar con cierto énfasis es la deducción durante dos años del 20% en el IRPF o la tributación a tipo reducido en el impuesto de sociedades para todos aquellos emprendedores, sin atender ya a su edad, que se atrevan a iniciar una actividad por cuenta propia. Es una decisión del Gobierno que incide en una de las mayores injusticias que venían sucediéndose desde hace años: hasta ahora muchas grandes empresas pagaban menos impuestos que los autónomos.

Pero si estos estímulos son importantes, no lo serán menos los que espero se tramiten inmediatamente en el Parlamento dentro de lo que se llamará la Ley de Apoyo al Emprendimiento. El presidente del Gobierno afirmó en el Debate del estado de la Nación que dentro de unas semanas pondría sobre la mesa esta nueva batería de medidas que abarcarán mucho más campo y que serán de mayor calado.

También nos prometió que se moverán 45.000 millones de euros para aportar liquidez a Pymes y autónomos a la vez de que anunció que, por fin, verá la luz nuestro ansiado cambio de tributación del IVA. Es de destacar que, por lo menos, tenemos una fecha para dejar de pagar este impuesto con el actual criterio de devengo: el 1 de enero del 2014. Aunque ya llevamos mucho tiempo esperando que se arregle este injusto modelo de tributación, entendemos que la reforma requerirá algunos ajustes tanto para la administración tributaria como para el propio autónomo, lo que obligará a destinar unos meses a su diseño. Además será bueno no aplicar el cambio antes del inicio del nuevo año fiscal para evitar distorsiones. Y sé también que tendremos que desarrollar algo de paciencia para que los bancos saneados por el Estado y las líneas abiertas por el ICO hagan de nuevo fluir el crédito entre los autónomos. Pero no puedo dejar pensar que estas medidas, tanto la Ley de Emprendedores como nuestra ansiada reforma de la tributación del IVA como la vuelta a un sistema abierto de financiación para los autónomos son esenciales para el país, por cuanto nosotros somos la piedra angular de la economía de España. Insisto, los que podemos generar empleo y riqueza.

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