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Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La 'bacalá' de Greta

Los medios son responsables de dar tanta relevancia a la anécdota de Greta en la Cumbre de Madrid

Cuando se decía "tan metío una bacalá" se advertía al incauto que se la habían pegado, que le habían engañado dando a una mentira apariencia de verdad. Tiempos de bacalás vivimos. Está la bacalá que políticos cutres le han metido a las más altas instituciones representativas, y por lo tanto a los ciudadanos que representan, con los ridículos e inconstitucionales discursitos que soltaron en la ceremonia de acatamiento de la Constitución con el beneplácito de Batet. Solo cabe el "¡joder, qué tropa!" de Romanones.

Y está la bacalá de Greta, a la que sus fans gritaban en Lisboa "¡escucha a Greta, escucha al planeta!" y cuya llegada a Madrid fue esperada ayer por TVE con infinita paciencia mientras la señorita se tomaba su tiempo para abandonar el tren. Como si fuera Evita Perón o Kabir Bedi, por citar dos visitas multitudinarias. Los medios y una estrategia de promoción impecable la han convertido en una estrella: Greta rumbo a Madrid como Marisol a Río. Los políticos se dejan zamarrear por la niña para dar una imagen de modestia y compromiso. Y después… poco a o nada. Greta es el beso a los niños en campaña electoral. Mejor aguantar las impertinencias de esta adolescente, en cuya mirada cabe toda la fría cólera del puritanismo protestante nórdico, acusándoles de haberle robado la infancia -¡sabrá ella lo que es una infancia robada!- que enfrentarse a los gigantes contaminantes para imponerles las medidas que verdaderamente frenarían el deterioro medioambiental.

Los países que más contaminan, empezando por China (29% de las emisiones mundiales de CO2) y siguiendo por Rusia, India o Brasil, ignoran la Cumbre. Otros gigantes de la contaminación, como Estados Unidos, han enviado funcionarios de bajo rango. El 78% de las emisiones contaminantes corresponden a los países del G20, pero de ellos sólo ha acudido el presidente argentino, mientras que los 80 países que han enviado sus compromisos para 2020 sólo representan el 8 % de las emisiones. Pero no importa. Greta brillará como la estrella de la ilusión de la gigantesca manifestación de la contracumbre, o Cumbre Social por el Clima, que según su portavoz "plantará cara" a la emergencia climática ante "la inacción de los gobiernos".

Cumbre y contracumbre no son una contradicción para la nueva sociedad Pedro & Pablo. Se repartirán los papeles con Sánchez apoyando la cumbre e Iglesias la contracumbre. Otra bacalá.

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