SON las señas de identidad de estos tiempos que nos han tocado en suerte. Junto a la buenísima nueva que representa el contundente no de Venezuela al chavismo nos estalla en la cara la constatación de cómo la telefrivolidad juega un papel importante en esta cuenta atrás rumbo al 20-D. Todos los que aspiran a la deseada mano de la Moncloa andan coqueteando con el populismo para ponerse a lo que digan los grandes profetas de la tele en sus versiones casquivanas. Desde Jorge Javier a Bertín pasando por la Campos o Pablo Motos, todos han hecho bailar a los aspirantes a los compases de sus respectivas bandas sonoras. A la fuerza ahorcan y no han tenido más remedio que claudicar ante la ola de caspa y de frivolidad que nos manipula desde la caja tonta. La fuerza del share es la que manda en claro detrimento de aquestos tertulianos tan aburridos y obsoletos.
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