Quiero buril y mármol, marchando presto, por favor. Y es que en estos tiempos de adocenamiento, vulgaridad, recortes de periódico y lugares comunes, una frase me ha llegado. Una muestra de ingenio indudable la que ha largado el mexicano Andrés Guardado. Ha dicho el manija bético: "Tengo veinte fotos con Messi y en ninguna tengo el balón". Ooole, toda la vida del mejor futbolista que parió madre cupo en una sola frase.

Ha sido, además, dicha sentencia un oasis que congratula en este tiempo de fútbol sin fútbol, de vísperas de mucho de ésas que nunca se quedan en nada. Eso pasa con otras vísperas, pero cuando estamos en la carrera desbocada hacia una meta llamada Mundial, una afirmación como la de Guardado es muy de agradecer. La brillantez suele acompañar en ocasiones a la literatura falsa, pero en esta frase caben brillo y rigor en dosis exactamente iguales.

Entre el inopinado adiós de Zidane, Zizou para íntimos y pelotas, y esta frase del mexicano, los días cabalgan que se las pelan rumbo al tañido inicial. En el ínterin, y en plan doméstico, cuestiones como el purgante de la Supercopa de España y la promoción de ascenso a Primera División sirven de antídoto para el tedio de un tiempo de fútbol sin fútbol como éste. Escribir de fútbol cuando no hay fútbol tiene estas cosas, por lo que bienvenidos los antídotos del tedio.

En sólo ocho días, Rusia-Arabia Saudí. Pero qué ocho días más dados a la especulación y al dato subjetivo, al escribir de cuestiones hueras sin apenas base argumental. Y qué alegría que a la hecatombe que ha sucedido al sorprendente adiós de Zidane surja esta frase de Guardado. "Tengo veinte fotos con Messi y en ninguna tengo el balón". La de futbolistas que estarán en la misma situación que el azteca del Betis, pero la frase se le ha ocurrido a él, sólo a él, ooole.