LA banca hundió un poco más al Íbex 35 en la última sesión de una semana que, una vez más, fue muy negativa para el selectivo, con un retroceso del 2,67% (ayer cayó un 1,79%). El principal indicador español se estabiliza así por debajo de los 12.000 puntos, en concreto en los 11.765,9, nivel similar al de agosto de 2006.

El moderado discurso de Trichet el jueves sobre el futuro, el mismo día que subía los tipos de interés un cuarto de punto, impulsó a los inversores, pero ayer la bolsa española volvió a la cruda realidad.

La inflación está por las nubes, el petróleo sigue con su escalada hacia quién sabe dónde -el Brent superó los 146 dólares el jueves-, el superávit se reduce, la confianza de los consumidores se desploma y las listas del Inem se incrementan -más de 36.000 nuevos parados-. Así, sólo cuatro valores terminaron en verde y la subida del precio del crudo hundió con estrépito a Iberia, que perdió un 22% en la semana.

La jornada negra de ayer acabó por hundir a los bancos. Santander perdió un 2,99% al cierre (hasta 11,3 euros) y BBVA manifestó un comportamiento incluso peor (-3,32% y cerró a 11,9). Pero el premio gordo se lo llevaron Bankinter (concluyó la semana a 6,68 euros, un 12,11% menos) y Popular (-10,42%, a 8,08). Repsol YPF no fue de los más perjudicados y retrocedió un 2,34%, lo que deja la acción a 24,2 euros.

Los cuatro valores que se salvaron de la criba esta semana han sido Telefónica, que recuperó un 3,04%, hasta los 17,27 euros; Iberdrola, con un incremento del 1,89% hasta 8,63 (en la última sesión fue la segunda gracias a una concesión de gas en Italia); y Grifols e Indra, 0,61% en ambos casos, hasta 19,7 y 16,4 euros, respectivamente.

Las constructoras mantuvieron su tónica descendente: Sacyr, FCC y OHL fueron las peor paradas con caídas del 15,9% y del 11,4% en el caso de las dos últimas.