PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Otro barco y otros piratas

DE costa a costa, África es la ley del Kalashnikov. El Derecho Marítimo Internacional es papel mojado y un armador sevillano lanza un SOS porque en Guinea Bissau porque le están desplumando. José Antonio Gámez tiene en Gelves la sede de su empresa Gebaspe, dedicada sobre todo al transporte de petróleo y al abastecimiento de carburante a otros barcos, todo muy ligado a las flotas pesqueras que pasan por Canarias y el África Occidental. Tres meses lleva retenido su buque Virginia G, con 12 tripulantes a bordo, porque se niega a pagar las mordidas que le exigen para dejarle marchar. La corrupción está siempre a flote en zonas del continente africano porque es una forma de vida a la que se apuntan los militares, los funcionarios, los desclasados y todo aquel que pueda esgrimir el poder de las armas y de la coacción. Todo está tan bien atado que sólo se ofrece como vía de escape pagar, y pagar, y otra vez pagar.

La extorsión es sufrida muchas veces por las flotas pesqueras onubenses. En aguas de Guinea Bissau fueron apresados recientemente tres barcos con base en Huelva, y para escapar tuvieron que abonar 300.000 euros.

¿A qué precio se va a poner el pescado de altura en los mercados o supermercados si en el Atlántico o en el Índico los pescadores van a necesitar hasta submarinos para protegerse de los abordajes? A golpe de telediario angustioso con la odisea del Alakrana, los paladares le encontrarán cada vez mejor sabor al pescado de piscifactoría. Tendrá menos encanto, pero no pone vidas en peligro.

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