FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Los barrios del Gran Poder

Lo peor que ha hecho Sevilla es aceptar que las bolsas de miseria son una parte más del paisaje de la ciudad

La visita del Gran Poder a Tres Barrios nos va a poner de nuevo ante una realidad que muchas veces la Sevilla oficial quiere soslayar, como si ocultándola se pudiera cambiar: según los baremos del Instituto Nacional de Estadística, las barriadas de España que concentran mayor índice de pobreza las tenemos dentro de la ciudad y seis de los quince barrios con más miseria del país son sevillanos, encabezando la lista el Polígono Sur, Pajaritos-Amate y Torreblanca. La estancia del Señor en esas bolsas de marginalidad y exclusión va a ser un aldabonazo a la conciencia de la ciudad. Eso hay que anotarlo en el haber de una hermandad que no ha perdido nunca la conexión con su entorno y que tiene una de las líneas de caridad y acción social más eficaces de las muchas que desarrollan las cofradías de Sevilla. Pero mucho nos tememos que cuando el 6 de noviembre el Gran Poder regrese a San Lorenzo un nuevo manto de silencio caerá sobre los barrios que ahora visita y sobre los problemas de sus vecinos. Porque lo que allí pasa desde hace décadas no obedece a una situación de crisis sobrevenida o de autoexclusión social. Es mucho más profundo.

En todas las ciudades hay zonas mejores y peores. Es un fenómeno consustancial a cualquier concentración humana y nadie tiene la varita mágica o el dinero suficiente para solucionarlo de un plumazo. En Sevilla, es una situación que no sólo se deriva de una crisis endémica o de un déficit de equipamientos y políticas educativas, que también. Hay que tener en cuenta otros factores que tienen que ver con la falta de asimilación de algunas culturas con el modelo socialmente dominante y con la escala de valores que se transmite entre ellas.

Lo que cabe preguntarse es lo que ha hecho mal Sevilla para que sea aquí donde la concentración de los barrios marginales alcanza dimensiones a las que no se llegan en otras ciudades más grandes y, por lo tanto, con mayor capacidad de atracción como Madrid y Barcelona, que en su momento vivieron con más intensidad el fenómeno de la emigración masiva del campo a las grandes aglomeraciones urbanas. Y lo peor que se ha hecho aquí es aceptar la miseria como una parte más del paisaje, como si fuera algo que viene impuesto y contra lo que no se puede hacer nada. Esta actitud no es de ahora. En las hemerotecas están las crónicas de cuando el gobernador civil Altozano Moraleda llevó a Franco a visitar El Vacie hace más de sesenta años. Pero en muchas cosas parece que no hubiera transcurrido el tiempo y Sevilla, en la aplicación de políticas sociales en las zonas más deprimidas, es un claro ejemplo. A las estadísticas del INE nos podemos remitir.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios