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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Qué bien, es jueves y estaremos con Del Sol

'La leyenda de Siete Pulmones' se presenta hoy y realza la vida de un jugador legendario

Esta tarde, cuando Triana esté volviendo a Triana, va a presentarse en sociedad un libro que recoge las esencias de un grande del fútbol. Se trata de cómo verá la luz una carrera excepcional, la del hombre que hizo sonreír y enorgullecer por vez primera a unos aficionados que llevaban casi diez años penando. Con el equipo orillado en un rincón de aquella Sevilla surcada por raíles del tranvía y el reloj a un ritmo de tortuga apareció Del Sol.

Del Sol, Luis del Sol Cascajares, con aquel camisolín de loneta abotonado hizo el milagro de que el bético volviese a sentirse orgulloso de ser lo que era desde que vio la luz primera. Con su aparición, el niño que creía en la religión del manque pierda ya no tenía que ir el lunes con la cabeza gacha al colegio. Ese futbolista de la casa y al que llamaban El Gordito del Empalme fue quien sacó de la penuria al bético nuevo y al viejo, ese que antes del infierno fue pionero en la gloria.

Tras ver al Betis durante más de sesenta años me siento legitimado para opinar de ese largo periodo de tiempo y digo bien alto que Del Sol ha sido el futbolista más grande que vistió de verdiblanco. Tras sacar al bético del pozo psíquico, y físico, remató la faena marcando el gol que más contentó al bético de aquella época sin televisión ni luz artificial en los estadios. Luego el Gordito que vino de San Jerónimo se fue a la élite más elitista para ser Settepulmoni, Siete Pulmones.

Y bajo el título La leyenda de Siete Pulmones, el nieto de otro bético tan legendario como Manuel Simó ha parido un libro en el que disecciona la figura del gran Luis del Sol. Una vez escribí la historia de un niño bético que cada dos domingos se despertaba contentísimo porque era domingo y jugaba Del Sol. Quién sabe qué es lo que queda de aquel niño, pero seguro que hoy también estará contento porque va a darse de cara con la semblanza de su primer y único ídolo.

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