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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Para 'blue monday', el 29 de marzo

Ni Cautivo por el Tiro Línea, ni Penas por San Vicente… Eso es un 'blue monday' y lo demás, idioteces

Para blue monday, el 29 de marzo de 2021 y no esa imbecilidad que se han inventado. Eso sí que es un lunes blue; es decir, triste. Un lunes sin Cautivo por el Tiro Línea, sin Penas por San Vicente, sin Expiración por el Museo -empiezo por las más mías- y también sin beso traidor por Santiago, sin traslado al sepulcro por San Andrés, sin Salud por San Gonzalo, sin intacta tristeza de Illanes por calle Jesús, sin Aguas por Dos de Mayo. Eso es un lunes triste y lo demás son monsergas de quienes tienen que inventarse leyendas, supersticiones e historias que no tienen. Dos de las cofradías del Lunes Santo hunden sus raíces en los siglos XIV y XVI, portando las dos imágenes, junto al Cristo de Burgos, más antiguas de nuestra Semana Santa; y la incorporación de este día a la Semana Santa -un recuerdo para esos grandes cofrades del Museo que fueron Luis Torres Santos y José Luis Garrido Ávila- cumplirá un siglo dentro de dos años. Con tanta historia, ¿a qué inventarse majaderías?

Un Lunes Santo mudo, silencioso, vacío, sin mujeres tras el Cautivo, muerto el parque de María Luisa, solas las sombras de los naranjos de la Plaza de San Gonzalo y de Dolores de León, derramándose desde el Aljarafe la luz larga, dorada, por la acequia de Alfaqueque para anegar de oros una Cardenal Cisneros vacía, sin que por las calles suenen las músicas de Manuel Vidriet, Antonio Pantión, Santiago Ramos y las cornetas y tambores cigarreras… Eso es un blue monday y lo demás son idioteces. Mis amigos José Enrique, Javier, Manuel Vicente, José Joaquín, Isidro, Santiago, Alfonso y el patriarca don Antonio Lerate lo saben.

Sólo nos quedará, esperemos, la veneración al Señor del Gran Poder. "…Y la plaza de San Lorenzo, siempre" escribí una vez. No podremos besar sus manos. Pero él nos besará con su mirada compasiva y comprensiva, tan llena de una tristeza que es nuestro consuelo al igual que su cansancio es nuestra fuerza, su derrota nuestra victoria y su muerte nuestra vida. Experimentado en quebrantos, como escribió Isaías, aún no había cumplido el Señor 29 años cuando la peste de 1649 asoló Sevilla matando casi la mitad de su población e iniciando su declive. Nada le coge de nuevas al Señor -¡si esa santa madera hablara de dolores!- que será lo único que el 29 de marzo nos quedará de lo que aquí queremos decir cuando decimos Lunes Santo. Que no nos hablen de lunes tristes.

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