La ciudad y los días

carlos / colón

En la boca del asesino

NO se podían estar quietecitos los nacionalistas catalanes y vascos siquiera hasta que se viera el final del túnel de la crisis y se hubiera puesto solución, o siquiera empezado a hacerlo, a la tragedia de los cinco millones de parados? No, naturalmente. Siempre que España está debilitada por graves problemas han aprovechado para tirársele al cuello. Son carroñeros. Hay que derrotar con realismo todo estúpido optimismo antropológico. Y el realismo -que es la forma de presentar las cosas tal como son, sin suavizarlas ni exagerarlas- dice que ETA no está del todo vencida, que su rendición y desarme no se ha producido, que aún quedan unos 300 atentados sin juzgar, que muchos de ellos ya han prescrito, que ha sido un error permitir que sus socios, cómplices o amigos se presenten a las elecciones y que el único horizonte para esta gentuza es la amnistía.

Cuando Maite Pagazaurtundua dijo que hay que tener "mucho cuidado" para no ser "esclavos del chantaje" etarra y advirtió que si no se hace lo que quieren la banda armada puede "volver", se la tachó de exagerada y obstruccionista. Ya saben que hay quienes consideran la justicia y las víctimas un estorbo en el mal llamado proceso de paz.

Ayer los etarras le dieron la razón amenazando de una forma no muy velada con volver a matar si no se excarcela a los terroristas presos. Como podían leer en este periódico el Colectivo de Presos de ETA advertía que "el proceso que se ha abierto" no se resolverá mientras los gobiernos de España y Francia no excarcelen a todos los presos etarras. Y avisaba que una resolución negativa a la Doctrina Parot, sería "muy negativa y peligrosa". En boca de esta gentuza "peligrosa" tiene un sentido muy concreto. El que adquiere cuando un asesino lo dice. Los canallas se permiten también hablar de "alto el fuego verificable" para referirse al cambio de las políticas penitenciarias de Francia y España, que definen como una "política de castigo repleta de violencia", y afirman que los terroristas están presos "por razones políticas".

Lo peor es que, al igual que ya están en las instituciones, no es descartable que de forma más o menos disimulada esta amnistía se produzca. Y que, una vez más, en este país la justicia se sacrifique a la paz. A esa mal llamada paz, porque aquí no hay dos bandos ni guerra alguna, sólo asesinos frente a un Estado de Derecho. Eso sí: asesinos que cuentan con gran apoyo social en el País Vasco. Repugnante.

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