La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Esos bueyes subiendo por la escalinata

Lloverán mostachones en la manriqueña Plaza de España y estará a punto de concluir uno de los imprescindibles ritos de la romería. El camino de las hermandades de Sevilla tiene en el vadeo del Guadiamar por el pago de Quema y en la presentación de simpecados en Santa María Magdalena sus puntos más emotivos. Los bautismos con las aguas de ese Jordán rociero que es el Guadiamar y el más difícil todavía del acceso de los bueyes por la escalinata de la parroquia manriqueña concitan una carga de interés considerable. Durante todo el día de hoy, desde que bien temprano pasan Olivares y Palomares hasta que Utrera precede a Córdoba, Villamanrique es la antesala de la tierra prometida, el otero desde el que la fe rociera presagia la Blanca Paloma. Lo de este jueves en Villamanrique es suceso irrepetible, como lo de mañana, aunque Triana lo deje todo para la vuelta.

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