Los bulos del coronavirus

Los contagios también dependen de lo que hace cada uno. Hay que ser responsables y solidarios con los demás

Siempre que ocurre algo que se aparta de lo normal surgen los bulos. Ahora los denominan fake news (o sea, noticias falsas en nuestro idioma), por influencia de las películas, o para acreditar la educación bilingüe. Pero los bulos son muy antiguos. En Sevilla funcionan desde tiempo inmemorial, desde antes de llegar las tropas del Santo Rey, desde antes de Trajano y la Alameda. Por eso, en una situación donde hay tanto en juego (la salud y el dinero, puede que incluso el amor) hay que actuar contra los infundios en las redes sociales. Me consta que en Sevilla el delegado de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, y supongo que las demás autoridades responsables, no van a dejar pasar ni una. Hace falta una ejemplaridad disuasoria. Denunciar, detener y sancionar. Ya han abierto diligencias a un muchacho de 21 años que se pasó de listo.

El muchacho en cuestión suplantó, ni más ni menos, que a Emergencias de Sevilla, para difundir el bulo de que la Semana Santa será cancelada. Esa decisión no se va adoptar hasta dentro de dos semanas. Es decir, hasta los días previos. Si el próximo domingo fuera el de Ramos, ustedes verían a la Estrella en San Jacinto a puerta cerrada. Es decir, que en las calles no verían pasos. Pero faltan 24 días.

Uno de los motivos por los que España se ha colocado entre los países con más casos es la indisciplina y el incumplimiento de medidas de precaución. Los contagios dependen en parte de lo que determinen las autoridades, pero también de lo que hace cada uno. Hay que ser responsables y solidarios con los demás. En otros países ha sorprendido que no suspendieran las manifestaciones del 8-M en España, y que al día siguiente los casos se multiplicaran. Y no por los contagios de asistentes, se supone. Aunque Ana Pastor, la del PP, dijo que iría a la manifa si no era "portadora del coronavirus". No fue por fiebre, y ya ven.

En Madrid ya hay más casos y más muertos que en Shanghái. Sin embargo, permiten los autobuses y el Metro, y que los universitarios vuelvan a sus puntos de origen. En Shanghái, donde viven más de 22 millones de personas, han registrado 340 casos y sólo tres muertos, a pesar de que están a unos mil kilómetros de Wuhan y la provincia de Hubei, donde se han contabilizado casi el 90% de las muertes en China tras dejarlos aislados. Las medidas en Shanghái han sido drásticas para preservar la salud, aunque desastrosas para la economía local. Mientras que en Madrid las medidas se adoptan tarde y mal.

Si a eso unimos los bulos y la indisciplina, este país seguirá escalando posiciones en el ranking mundial del coronavirus.

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