Indudablemente, ese hermoso juguete que es el fútbol viene de fábrica de material indestructible, pues hay que ver los desmanes que sufre sin que descomponga la figura. Ayer empezó la Champions y se programó a la misma hora lo mismo que hoy, su solapamiento con partidos de Segunda. Bueno, la verdad es que los solapados fueron los de Segunda, con asistencias pírricas por la competencia de, por ejemplo, un Dortmund-Barça.

Y hoy, más de lo mismo, partidos de Segunda a la hora de un PSG-Real Madrid o de un Atlético-Juventus. Los calendarios se están erigiendo en los mayores agresores de este juguete, pues a la barbaridad que supone jugar a las dos de la tarde hay que añadir estas coincidencias que tan nocivas son para los más necesitados. Pasa que si el pez grande se come al chico, a ver cómo éste va a competir en igualdad de condiciones con el que, de frente y de costado, es más capaz.

Para esta noche está programado un partido que se esperaba con ganas desde que se sorteó la competición hace tres semanas. Se trata de la cita de esta noche en el Parque de los Príncipes. Ahí, rodeo donde el Realísimo ganó la primera Copa de Europa, confluyen PSG y Real con un número de bajas que sirven para que el equipo español parta con cierta ventaja. Mbappé, Cavani y Neymar están fuera de concurso, con lo que el partido pierde peso y gana bastante en desequilibrio.

Aunque no estará, sancionado, el jefe de su defensa, el Real Madrid se perfila como favorito indiscutible. Por muy cortito con agua que ande el equipo de Zidane de fútbol, el hecho de que los parisinos no puedan contar con su tridente de lujo da mucho pie al optimismo de cuantos tuercen por la causa madridista. Y rematamos con esto cuando empezamos con cuánto se agrede la estabilidad del fútbol mediante unos calendarios desprovistos de una mínima dosis de sensatez.