Cómo cambió el día de la Patrona

Antaño se despoblaban las playas de sevillanos, que acudían a la inexcusable llamada de la Patrona. Entonces hacía el sevillano pudiente un receso en el veraneo para estar esta mañana con la Virgen y en los toros por la tarde todo aficionado que se preciase. ¿Y por qué habla usted del sevillano pudiente tan sólo? Pues porque el que no lo era conocía la playa sólo por las películas que echaban en el cine de verano. Bueno, pues digo que el sevillano hacía un paréntesis en el veraneo para el doblete de la procesión matinal y la corrida de toros por la tarde. Ahora las cosas no son como eran, ni mucho menos, las playas siguen hasta el tejado, muy pocos son los que acuden a la llamada religiosa y ninguno a la inexistente taurina. Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad espiritual y materialmente, o sea...