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La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Cómo cambió tanto en tan poco tiempo

Hace treinta años, al Príncipe de España lo vitoreaban en el estadio de Montjuich como abanderado en la apertura de los Juegos. ¿Qué ocurriría hogaño si el hoy Rey apareciera en Barcelona enarbolando la bandera de España? Es sin bandera y la que le montan cada vez que aparece por la Ciudad Condal; o no digamos en Gerona. ¿Y qué es lo que ha pasado en este tiempo para que de las flores hayamos pasado a los tronchos? Pues lo que ha pasado es una dejación de funciones en la instrucción de las nuevas generaciones mediante una enseñanza sectaria. Darle a las autonomías una competencia tan trascendental como la educación fue los lodos que han traído estos polvos tan insalubres. Han pasado sólo treinta años, un soplo de historia, parecía que la paz ya era un hecho y la diferencia en trato y talante denota que algo se ha hecho mal, creo que irremediablemente mal.

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