Así como este país ha perdido el norte, lo más probable es que también pierda el sur, el este y el oeste con los espectaculares cortocircuitos que están generándose en las seseras con el aditamento de las defecaciones que se producen en las cloacas, antes redes, sociales. Aprovechando que el Betis pasa por Córdoba, Marta Sánchez ha osado ponerle letra, otra más, a la Marcha Real y anda ardiendo Troya e islas limítrofes. En cualquier rincón del mundo, la idea se consideraría plausible, pero aquí no, que aquí acogemos con entusiasmo la celebración del Ramadán y le atizamos a la Cuaresma. Cosas que pasan en este país aún llamado España, al que andan despedazando ante la pasividad del Gobierno. Y por si fuera poco, el desatino de querer meter en el nomenclátor urbano a Pedro Zerolo, ese prócer ya fallecido, y nada menos que en la Alameda. Qué cosa.