EL programa Carne cruda finaliza su andadura en la cadena Ser. Por discrepancias. El responsable del exitoso formato, Javier Gallego, asegura que la medida se ha tomado de mutuo acuerdo, entendemos que mutuo acuerdo económico, y anuncia otro programa en esa misma línea, con la participación ciudadana como santo y seña, en algún otro dial o emisora digital. Esto nos suena a 'deja vu'. Como recordarán, Javier Gallego fue uno de los primeros señalados en el verano de 2012 cuando los nuevos responsables de RNE emprendieron las líneas de una nueva programación y se plantearon la supresión indiscriminada de no pocos formatos y comunicadores. Los casos de J. Ramón Lucas y Toni Garrido fueron muy comentados. En menor medida también el de Javier Gallego.

A la vuelta de aquel verano Carne cruda se instaló en la Ser. Pero en todas partes cuecen habas y uno nunca sabe dónde puede estar a buen resguardo del temporal. Las reglas del juego no están tan claras como algunos entienden. Aquí blanco. Allí negro.

Navego, a fecha de hoy, en la página de RTVE a la carta de la televisión pública, y me encuentro con 695 entregas de Carne cruda a mi disposición, un número considerable de podcast en los que permanece la memoria histórica del programa, edición a edición. Algunos pensaban que todo ese rastro se borraría de forma inmisericorde con la llegada de los nuevos del barrio a Prado del Rey. Pero no. Esa es la realidad constatable. La misma realidad que ha obligado a hacer las maletas a los buenos de Gallego, Ana Alonso y Latorre, obligándoles a buscarse la vida en otras latitudes tras despedirse de Gran Vía. Lo único cierto es que siguen siendo muy necesarios.