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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Sueños esféricos

juan Antonio Solís

Las castas de Tebas

DEJA claro Javier Tebas, nuevo presidente de la Liga de Fútbol Profesional, que su ascenso a la poltrona no va a perturbar el estatus que disfruta la cúpula de nuestro fútbol. Vamos, que los dos colosos van a seguir disfrutando de la mitad del pastel televisivo. "La Liga con Madrid y Barcelona tiene mucho prestigio", dejó caer en Onda Cero. Fue aún más gráfico en su dardo a Del Nido como cabeza visible de los rebeldes: "Cada uno tiene que saber qué papel juega. Yo soy gordo y calvo y tengo que asumirlo".

Tebas no nació en España, lo hizo en Costa Rica. Aunque cualquiera apostaría por que lo hizo en la India. Y en un alto estrato social: sus palabras remiten al anquilosado sistema de castas que, aún hoy, rige el día a día en las calles del gran país asiático. Si naces en una casta inferior, ahí consumirás tus días, es tu destino y no hagas nada para perturbar ese orden natural. Traducido a román futbolero: si eres sevillista, bético o malaguista, hijo mío, conténtate con repartirte con el resto de parias la mitad del pastel que dejan los dos únicos que moran en la casta superior.

Tebas piensa que retener a Messi y Cristiano en la Liga, y que al mismo tiempo Madrid y Barça traigan con sus paladas de millones cada verano a lo más granado y caro del mercado, asegurará que la Liga sea el sol de la galaxia fútbol. Y que el magnetismo de ese sol asegurará el flujo de dinero.

Pero ese inmovilismo sonrojante y pernicioso debilita cada vez más a los humanos de la Liga, cada vez más inermes si el Swansea de turno -no el Chelsea, el Swansea- seduce a alguno de tus jugadores.

Ese clasismo también afecta a los insensibles horarios. No todos juegan viernes o lunes. ¿Que la afición se va de los estadios? Lo mismo le da a la LFP, convencida de que el negocio está en la tele. Pero ojo, que a los operadores -subida del IVA, crisis- no le salen las cuentas y quieren negociar a la baja. ¿Quién perderá más si hay menos pastel? Sí, el que usted se teme.

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