La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El castellano humilla y es colonial

Cabe preguntarse si los independentistas tienen razón en que los gobiernos de España son un mamarracho

Una doctora atiende en castellano a una paciente que habla catalán y castellano, y la paciente -ley en mano- la denuncia por haberla "humillado". Y no es esto lo peor. Se presenta después un tal Santiago Spot -presidente de una cosa llamada Catalunya Acció- exigiendo agresivamente que se despida a la doctora. ¿Sus argumentos? Que el centro hospitalario ha incumplido la "ley de política lingüística y el Estatuto de Cataluña". Que "este es un país en el que no te puedes ni morir en catalán". Que "hay muchos abuelos que se mueren y las últimas palabras que escuchan son en lengua castellana". Que a Cataluña llegan "muchos médicos con ánimo colonizador". Y remata la faena afirmando: "Los catalanes somos muy generosos. Les dejamos que hablen en castellano. Incluso que nos insulten en castellano. Pero que nos humillen en nuestra casa, no lo toleraremos más. Esto no se volverá a repetir".

Ni es el primero ni será el último caso de acoso. Se repiten desde hace mucho y se han legislado. Desde 1998 está en vigor la Ley de Política Lingüística que permite multar hasta con 10.000 euros a los comercios que no rotulen en catalán. Y un juez avaló estas sanciones. Como hacían los nazis con las tiendas de los judíos, los valientes chicos independentistas pintan en los escaparates, muros y cierres de estos comercios Porcs Feixistes y dianas.

Cabe preguntarse si los independentistas tienen razón al menos en una cosa: que España y sus sucesivos gobiernos son un mamarracho. Desde que entró en vigor esta ley hasta hoy han gobernado este país dos populares -Aznar y Rajoy- y tres socialistas -González, Zapatero y Sánchez- sin que se haya puesto coto al abuso. En el caso catalán se cumple el conocido refrán que avisa de lo que más se te ve cuanto más te agachas. No solo muchos ciudadanos se ven amenazados y coaccionados sin que se haga lo necesario para garantizar sus derechos, hasta los periodistas se sienten en peligro. Reporteros sin Fronteras ha alertado que Cataluña se ha convertido en un "terreno peligroso" para los informadores porque se constata "que la intensidad de los ataques a la prensa va increscendo: de las consignas coreadas y las increpaciones, hemos pasado a los insultos, el acoso y el hostigamiento y, finalmente, a la agresión física". Según RSF desde 2017 se han producido medio centenar de ataques a periodistas en el ejercicio de su profesión. Y no pasa nada. Nada.

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