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Crónica Personal

Poco que celebrar

Gran parte de la supuesta izquierda abomina de una Constitución que, dice, es herencia del franquismo

Día triste para los millones de españoles que respetan la Constitución, que saben lo que supuso su aprobación en la historia de este país, y que se duelen de que el Gobierno sea uno de los pocos del mundo democrático que no demuestra el respeto debido a su Carta Magna, aunque a su presidente se le llene la boca con palabras de defensa de un texto del que abominan los partidos que ha elegido para que le acompañen en la aventura de gobernar.

Día triste para una izquierda que se sentía orgullosa del papel que, muerto Franco, jugaron los partidos de izquierda, y que actuó con generosidad máxima en su apuesta por la reconciliación en lugar de la ruptura; que hizo del pacto, del consenso, su bandera, y que no tuvo complejo en trabajar con el centro y la derecha por un texto que representara lo que ansiaban todos, una nueva Constitución que siguiera el modelo de los países plenamente democráticos. Gran parte de la supuesta izquierda abomina de una Constitución que, dice, es herencia del franquismo. Ignorantes. O, peor aún, no quieren tomarse la molestia de leer, de conocer los hechos.

Millones de españoles, no todos, se duelen de que España debe ser el único país del mundo democrático con un Gobierno que tiene como socios a partidos que no respetan la Constitución. Con un presidente, Pedro Sánchez, que permite que desde su entorno políticos se clame por la abolición de la Monarquía, se reduzca al mínimo la presencia de los símbolos patrios e incluso que se demonice la palabra patria. Permite el presidente que se retiren competencias territoriales a las fuerzas de seguridad del Estado y que a los socios independentistas se les aliente aceptando exigencias que van contra la Constitución y a otros socios exigencias que han tratado de imponer en tiempos pasados utilizando el terrorismo.

Duele escribir estas líneas, pero los hechos son tan evidentes que no pueden ser desmentidos. Los conocen destacados socialistas que formaron parte de la ponencia constitucional, que tienen compañeros que han perdido la vida defendiendo la Constitución contra los terroristas que querían destruirla, que hicieron frente con valentía a sus amenazas, sin ceder ni un milímetro. A los muchos españoles que se duelen de la no defensa de la Constitución por parte de un partido del gobierno, y de colaboradores del gobierno, se les acusa de fascistas, mientras el presidente calla, incapaz de pronunciar una sola palabra de defensa.

A pesar de la tristeza, para muchos españoles hoy es un día con el que celebrar que la Constitución nació gracias al empeño de apostar por una España en la que cupieran todos.

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