Un día en la vida

Manuel Barea

mbarea@diariodesevilla.es

La ciudad peliculera

Con tanta película, a ver si vamos a estar dentro de 'El show de Truman' o de 'Atrapado en el tiempo'

Viene por estos lares a rodar la star system Richard Gere, ya para siempre recordado por su papel protagonista en esa parida de película en la que un circunspecto millonario recicla y saca del arroyo a una inverosímil furcia -cuando vea usted haciendo la calle a una señora como Julia Roberts viene y me lo cuenta-, y a quien más y a quien menos le tiemblan las cachas. Alcalde incluido. Qué cosa más antigua. Y va a seguir siendo así dentro de cincuenta años. Si para entonces sigue habiendo periódicos sepan ustedes que habrá quien escriba sobre la efeméride. Les adelanto el titular: "Hace cincuenta años Richard Gere rodó en Sevilla MotherFatherSon". Para entonces, el actor y quien escribe esto la hemos diñado seguro. Probablemente usted también: según las estadísticas la edad media del lector-tipo de periódicos es de... en fin, que sí, que estará usted muerto. Pero tranquilo, la ciudad va a seguir a lo suyo, más o menos como hoy. Seguimos aireando después de tanto tiempo los devaneos de Ava Gardner por estos andurriales y llega Gere y se monta la de Dios. Con toda su decadencia a cuestas -ya se hablaba de ella y contra ella desde antes del sonoro, cuando el escándalo de Fatty Arbuckle y alguno más- Hollywood continúa embobándonos. Sí, cualquiera que aterrice procedente de allí es bienvenido como un príncipe de la Gran Babilonia que llega con un cargamento de maná. En este caso, además, Gere va de buen rollo, con su altruismo, su activismo protibetano, sus canas naturales y su inmune estado físico...

Total, un buen gancho. Una imagen que hay que aprovechar en esa nueva fuente de ingresos en que se ha convertido el llamado turismo inducido y que tiene su principal exponente en el turismo cinematográfico -o turismo friki-, consistente en dirigir al personal al sitio en el que se rodó tal o cual escena de su película o su teleserie favorita. En esas estaba ayer el alcalde Espadas, que se fotografió en el Ayuntamiento con el protagonista de American Gigolo y cuya presencia sirvió al regidor para pregonar la "pujanza" de Sevilla como plató cinematográfico.

Y digo yo: ¿no será que todo esto no es más que un peliculón (tirando a bastante malo)? A ver si con tanto plató pujante va a resultar que cada mañana estamos metidos en una suerte de El show de Truman y que nos desenvolvemos un día y otro en un decorado de cartón piedra y plexiglás y que todos los demás -desde los indigentes que le dan desde primera hora al litro de Argus hasta doña Susana Díaz Pacheco- son actores (ella del Método Stanislavski, por supuesto). Aunque parece que estemos más en Atrapado en el tiempo, con la diferencia de que en vez de vérnoslas con una marmota nos las vemos con una procesión. "¿Pero no me crucé ayer con Ésta, y anteayer, y el otro?". Mañana fijo que hay otra.

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