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La ciudad y los días

Carlos Colón

El cocodrilo reinsertado

JEREMY, un niño australiano de cinco años, desapareció cuando estaba jugando con su hermano Ryan, de siete, en una zona pantanosa situada en la parte trasera de su casa. Al parecer, los hermanos se separaron porque Jeremy siguió a su perro hasta el cercano río Daintree. Y no se supo más de él. Aunque posteriormente su hermano vio un cocodrilo en las inmediaciones, no oyó gritos ni presenció ningún ataque. Dos semanas después, y a causa de las inundaciones que han azotado Australia, apareció un cocodrilo de más de cuatro metros de largo atrapado en un lugar cercano del río. Desgraciadamente se encontraron restos del niño en su estómago y la trágica noticia fue comunicada a sus padres.

No lo refiero aquí, tan lejos de Australia, como una anécdota morbosa. Lo traigo a colación porque al leer la noticia me sorprendió esta frase, referida al macabro hallazgo de los restos del desgraciado niño en el estómago del animal: "La Policía llegó a esa conclusión después de examinar el cocodrilo mediante una operación quirúrgica no letal". ¿A qué viene lo de resaltar que la "operación quirúrgica" a la que fue sometido el cocodrilo no fue "letal"? Muy sencillo: para no alarmar a quienes hubieran juzgado cruel rajar al bicho para averiguar si había devorado al niño. Y no queda ahí la cosa. Constatado que el saurio se lo había comido, y pese a que las autoridades se reservan el derecho de matar a los cocodrilos -protegidos por una ley federal desde 1971- si representan una amenaza para los humanos, este ejemplar ha sido indultado a petición, entre otros, de los padres de la víctima. Para tranquilidad de los sauriófilos, en la misma noticia se informaba que "el animal será enviado a un zoológico o a una granja de cocodrilos, pero que no será accesible al público". Que lo ponen a dieta, vaya.

Hombre: ni la pasión tanático-cinegética que posee al ministro de Justicia -ya saben, el socialismo de montería, escopeta nacional y milana bonita-, ni este rijoso cuidado en informar de que el animalito fue hurgado a través de una "operación quirúrgica no letal"; o esta preocupación, difícil de comprenderse, de los padres de la víctima porque el animalito no sea sacrificado. El amor, si no se convierte en eso que antes se llamaba pasión desordenada, tiene límites. El amor a los animales, para mí es tan importante como el debido a los árboles en particular y la naturaleza toda en general, también. Aunque, si se extienden las políticas de reinserción a pederastas, violadores, terroristas y asesinos sádicos, ¿por qué no a estos hermanos suyos, más inocentes por ser irracionales?

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