Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

¿Le compraría un coche usado a Juan Espadas?

Ahora lo que le toca al alcalde es responder al depósito de confianza incrementado que supone su releección

Cuando los ciudadanos deciden en las urnas echar al alcalde que estaba y sustituirlo por otro puede deberse a múltiples factores, desde desgaste por la larga permanencia en el cargo y por errores estratégicos (sería el caso de Monteseirín, al que su partido ni se atrevió a presentar en 2011) o por expectativas elevadas que quedaron lejos de cumplirse (el caso de Zoido en 2015 tras haber tenido la mayoría más amplia de la historia de la democracia en Sevilla). Pero cuando se produce la reelección del alcalde que ya estaba, la lectura es inequívoca: ha sido capaz de mantener o aumentar el crédito de confianza que le dieron los ciudadanos cuando llegó al cargo y se sigue pensando en él como una persona capaz de mejorar la ciudad.

Éste sería el caso de Juan Espadas, que ayer inició su segundo mandato. Si en el primero no logró encabezar la lista más votada y tuvo que recurrir a una alianza, esta vez ha revalidado la Alcaldía como candidato más votado en las elecciones del 26 de mayo y sin tener que pactar previamente con ninguna fuerza política ni a su izquierda ni a su derecha. Cabe interpretar, por tanto, que en sus primeros cuatro años el alcalde no sólo no ha dilapidado la confianza de la ciudadanía, sino que la ha incrementado. Eso, en los tiempos que corren, no es poca cosa. Quizás ahí esté el secreto del éxito de Juan Espadas como alcalde de Sevilla: es un hombre capaz de inspirar confianza, capaz de convencer a cualquiera de que es capaz de trabajar por Sevilla y de poner en ello empeño e inteligencia. Y ese convencimiento valdría tanto para un vecino de Los Remedios como para uno de Los Pajaritos.

En la campaña presidencial de Estados Unidos de 1960, la que enfrentó a Kennedy con Nixon y durante la que se celebró el primer debate televisivo de la historia, los demócratas sacaron un cartel con la cara de Nixon en primer plano y la leyenda "¿Le compraría usted un coche usado a este hombre?". La propia expresión del rostro del candidato republicano anticipaba la respuesta. Pues bien, supongo que en Sevilla sería muy difícil encontrar a alguien que no le comprara un coche de segunda mano a Juan Espadas por mucha cara de malo que quisieran ponerle en el cartel.

Ahora lo que le toca al alcalde es hacer valer esa confianza de los ciudadanos haciendo lo que tiene que hacer alguien que rige el día a día de una ciudad tan complicada y con tantos problemas como la nuestra. No lo tiene fácil. La tarea va desde conseguir que tengamos un turismo de calidad que engrandezca a Sevilla y no la degrade hasta quitarnos la lacra de tener los barrios más pobres de España. Pasando por que las calles estén más limpias, que no es asunto menor. Se trata de que en 2023 sigamos siendo capaces de comprarle un coche usado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios