La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

El concierto de Soto en Sevilla y la lección de la historia

También un 21 de junio de hace once años fue ovacionado en la plaza de toros un político del PP que estrenaba mayoría absoluta

Moreno, ovacionado en la plaza de toros

Moreno, ovacionado en la plaza de toros / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

Cuántas veces no les suena cuanto ocurre en la ciudad a la misma película en proyección continua. Ocurre con las fiestas mayores. Con el paso de los años, según se gana en edad, se funden en la memoria, por ejemplo, el Domingo de Ramos de 2012 y el de 2017, o el Jueves Santo de 2007 con el de 2016. Ahora, al menos, tenemos la referencia de la pandemia y nos preguntamos: “¿Esto cuándo fue? ¿Antes o después de que nos encerraran?”. Es de suponer que los sevillanos usarían el traslado de la Feria del Prado a los Remedios como frontera para distinguir una edición de la fiesta de otra, al menos durante un buen tiempo. Porque, al final, como decimos, siempre se produce la fusión.

Este martes se celebró el conciertazo de José Manuel Soto en la plaza de toros de la Real Maestranza, uno de los edificios mejor cuidados de la ciudad. Da gusto ver la plaza siempre impoluta. Llegó al coso el presidente Moreno, que hizo el paseíllo desde la Puerta del Príncipe hasta los medios para ocupar la primera fila junto a su mujer, Manuela Villena, a la que ya le auguramos en su día que disfrutaría de más madrugadas en el balcón macareno. Así será. Pues fue entrar Moreno, con esa cuadrilla en la que siempre destaca el gran Modesto Cabezas, y el personal irrumpió en una sonora y duradera ovación, como cuando llegó aquel domingo al restaurante de los Bermejales o cuando lo ovacionaron los clientes de la terraza del Laredo. Y el caso es que todo lo que ocurría en la plaza me sonaba... ¡Claro! Ocurrió algo calcado en fecha y forma. Fue en 2011. También era martes, 21 de junio, también en un concierto de José Manuel Soto, aquella vez por los veinticinco años de su primer disco, y también en los días posteriores a una gran mayoría absoluta del PP, en aquella ocasión los 20 concejales en el Ayuntamiento de Sevilla y ahora los 58 diputados autonómicos. Dios mío, cuánto parecido en once años.

Zoido se convirtió en un icono del municipalismo para el PP. Y Moreno es ahora un sólido barón del centro-derecha español. En 2011 sufríamos los efectos de una crisis económica que sacó a los arquitectos de las obras y los metió en el taxi, esquilmó los medios de comunicación, diezmó el sueldo de los funcionarios, cerró muchas inmobiliarias y mandó de vuelta a sus países a miles de nuestros hermanos iberoamericanos que trabajaban en el sector servicios. Hoy sufrimos los coletazos de la mayor crisis sanitaria y una inflación a la que no vemos el final. El catedrático José Luis Murga enseñaba: “La historia no se repite, es la misma”. Moreno cuenta con dos ventajas: la mayoría absoluta y saber qué no debe hacer para perderla a las primeras de cambio. Sólo tiene que atender a la lección de la historia.

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