TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Vosotros sí que conocéis Sevilla

Jerónimo, Mariano, José, Félix, Juan, Alfredo: vosotros sí que conocíais el suelo que pisabais y a los sevillanos

Nuestra portada de ayer. Me alegró la mañana que la presidiera a toda página una fotografía de Michel Legrand durante su actuación del martes. El titular era exacto: "Una leyenda en el Lope". Porque este grandísimo compositor e intérprete de jazz, música de cine y chanson lo es. Pero me hundió la mañana este otro titular: "Las setas es ya una de las zonas más caras para comprar piso… La Encarnación se pone de moda". El tiempo está demostrando que yo estaba equivocado y que Alfredo Sánchez Monteseirín tenía razón: lo que a Sevilla le corresponde, lo que la ciudad se merece, lo que dinamiza el mercado inmobiliario, lo que a los sevillanos les entusiasma y lo que el turismo agradece es el espanto cateto, falsamente moderno y caro hasta duplicar su presupuesto de las setas. Monteseirín conoce Sevilla y a los sevillanos mucho mejor que yo. Los conoce tan bien como sus antecesores marqués de Contadero, Pérez de Ayala, Hernández Díaz, Moreno de la Cova y Fernández Rodríguez y García del Busto, alcaldes de Sevilla entre 1952 y 1975, bajo cuyos mandatos se destrozó gran parte de la ciudad… Perdón, sigo en mis trece… Rectifico: bajo cuyos mandatos se modernizó y dinamizó la ciudad derribando plazas, calles y manzanas enteras, palacios barrocos y casas regionalistas, teatros y mercados, para alzar bloques de pisos y grandes almacenes. ¡El progreso! ¡La modernidad! ¡El desarrollo!

Tiene una lógica aplastante que todo haya terminado en las setas, donde todo empezó con el derribo de Imagen y la construcción de los bloques de pisos yeyés. Tiene una lógica aplastante que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la misma Junta de Andalucía, cuya Comisión de Patrimonio dio por buenas las setas, haya incluido dichos bloques yeyés en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea "por sus valores arquitectónicos". Y tiene una lógica aplastante que los nietos o hijos de los sevillanos que aplaudieron como modernidad, progreso y desarrollo el destrozo de la ciudad entre 1952 y 1975, aplaudan como modernidad, progreso y desarrollo las setas.

Jerónimo, Mariano, José, Félix, Juan, Alfredo: vosotros sí que conocíais el suelo que pisabais y a vuestros convecinos. Os separa la distancia que va de la dictadura a la democracia. Pero os une con mucha más fuerza vuestro concepto de la modernidad y el progreso, vuestra idea de ciudad y vuestro conocimiento de los sevillanos.

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