EL ex contable del Instituto Nóos y cuñado de Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarín en esta entidad, ha firmado un acuerdo de conformidad con el fiscal que lleva el caso que viene a impulsar un salto cualitativo en la instrucción del escándalo de corrupción en el que está implicado el cuñado del rey Felipe. El contable, que encarna la figura del arrepentido dispuesto a colaborar con la Justicia a cambio del alivio de su propia responsabilidad penal, ha formulado y suscrito una confesión detallada de la creación y funcionamiento de la trama de sociedades ideada por Iñaki Urdangarín y Diego Torres para, presuntamente, aprovechar las influencias del marido de la infanta Cristina con los poderes públicos de Baleares y la Comunidad Valenciana en beneficio propio. Según Marco Antonio Tejeiro, el Instituto Nóos era una sociedad de apariencia filantrópica que obtuvo contratos millonarios de los citados gobernantes para la organización de eventos en ambas comunidades. Los eventos tenían un coste real muy inferior al facturado, malversándose los fondos públicos restantes a los bolsillos de los dos socios fundadores a través de una serie de compañías que los desviaban valiéndose de la emisión de facturas falsas, contratos simulados y transferencias a cuentas en el extranjero, al fin de evitar su declaración a Hacienda. La instrucción ha calculado la cantidad supuestamente defraudada en casi seis millones de euros. La confesión de Tejeiro incide, por otra parte, en el actual enfrentamiento entre el juez instructor y el fiscal asignado al caso sobre la participación de la infanta Cristina de Borbón en la trama, ya que pone el énfasis en el hecho de que Torres y Urdangarín mantenían el control exclusivo de todas las empresas pantalla utilizadas y del propio Instituto Nóos y tomaban todas las decisiones. Se trata de la declaración de un testigo privilegiado ya que, además de testigo, el cuñado de Torres era el encargado de llevar las cuentas del tinglado y desarrollar la ingeniería financiera y fiscal precisa para su actividad. Es decir, que se autoinculpa en el caso, tras haber pactado con la Fiscalía una rebaja de la pena que habrá de solicitarse para él cuando se abra juicio oral. Lógicamente, su testimonio deberá ser contrastado con otros y con los documentos que obran en las diligencias instruidas, pero en apariencia Tejeiro ha venido a reforzar la tesis del fiscal Horrach en el sentido de que la Infanta desconocía los manejos de su esposo y confiaba ciegamente en la corrección de su conducta, a la vez que oscurece aún más el horizonte judicial de Iñaki Urdangarín, que continúa siendo cuñado del Rey aunque haya sido apartado de la Familia Real.

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