¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

El corazón de la Hispalense

La restauración de la Fábrica de Tabacos se está eternizando por la falta de recursos

Frente al modelo de campus anglosajón, cerrado y periférico, la Universidad de Sevilla optó históricamente por un campus al estilo Sorbona: disperso por la ciudad y salpicando todo el entramado urbano, de Reina Mercedes a la Macarena, de Nervión a la Cartuja. Sin embargo, la Hispalense siempre tuvo un corazón reconocible, un edificio histórico que la identificaba, una casa solariega que afirmaba su linaje. Para nuestros abuelos fue la antigua casa profesa de los jesuitas, en la calle Laraña, hoy Facultad de Bellas Artes, aunque de aquella mansión ignaciana apenas quedan las columnas de su enorme patio. Para nuestros padres y nosotros mismos la casa común universitaria fue -y sigue siendo- la Real Fábrica de Tabacos, una auténtica catedral civil dieciochesca que, junto a la Fábrica de Artillería, demuestran que Sevilla no estaba predestinada a ser un desierto industrial, aunque ese fuese finalmente el desenlace.

La Fábrica de Tabacos ha permitido a miles de estudiantes el estrecho y cotidiano contacto con el patrimonio histórico. Pasear a diario bajo sus amplias bóvedas, entrar por la puerta de la Fama o fumar y discursear en el patio del Laboratorio de Arte durante los años de la juventud, son actividades que imprimen carácter, que dejan una pátina en el alma. Por eso es fundamental que se usen los edificios históricos y no se conviertan en carcasas vacías sólo aptas para turistas, como quieren algunos. Nos gusta ver a los militares en Capitanía, a los niños en el Colegio España, a los políticos en las Cinco Llagas, a los vecinos de Triana en la Casa de las Columnas, a los historiadores en el Archivo de Indias… La llamada musealización de los espacios, que tiende a expulsar las labores cotidianas del patrimonio histórico, es una herida de muerte para la autenticidad de las ciudades. Conviene recordarlo ahora que vuelve la marabunta.

Por una información de Juan Parejo -un periodista de referencia en todo lo que se refiere al patrimonio de Sevilla- me entero de que se va acometer la restauración de la Puerta de la Fama y a la mente se me viene el gozo con el que la atravesaba en mis años estudiantiles. La intervención forma parte de un programa de restauración integral del edificio que se está haciendo bien y ha permitido grandes descubrimientos -como su impresionante cimentación por arquerías invertidas-, pero que se está eternizando por falta de recursos. ¿No es hora ya de que se acabe definitivamente con esta situación y disfrutemos de una fábrica a pleno rendimiento? El corazón de la Hispalense trabaja a la mitad de su capacidad.

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