LOS queridos compañeros Jorge Muñoz y Fernando Pérez Ávila tienen en Sevilla terreno abonado para reeditar, en versión corregida y aumentada, su libro sobre las anécdotas de los policías de patrulla. A los guionistas de Los hombres de Paco, la serie protagonizada por el actor sevillano Paco Tous, no se les hubiera ocurrido mejor argumento para un capítulo que el caso verídico ambientado en Sevilla desde primeros de mes. Todos los sindicatos de agentes de la Policía Nacional han dado orden de que se esfuercen lo menos posible, y sólo intervegan con rapidez y contundencia si están ante un delito flagrante. Para el resto de incidencias deben mentalizarse de que están de nuevo en huelga de celo los días 9 y 10 de julio. No cantan "a por ellos, oé", sino "ve despacio para que huyan". Así baja drásticamente la estadística de detenciones, provoca la alarma sobre la situación del cuerpo policial, y más aún sobre la impunidad en la calle de la delincuencia organizada, que tiene marcados en rojo los ocho días de subrepeticia caída de brazos policiales.

Ante semejante paro encubierto en el órgano clave de la seguridad ciudadana, en la ciudad no se reacciona. Los comerciantes del centro siguen erre que erre con la instalación de cámaras de seguridad en las principales calles peatonalizadas, pero antes prefiero tener a diario policías que se esfuerzan por atrapar al ladrón. Las instituciones se pasan al cine mudo, dignas de ser incluidos en la colección de películas de humor que hoy comenzamos a dar con Diario de Sevilla. Cantinflas y El patrullero 777 son el colmo de la seriedad en comparación con la falta de funciones (al fin se ha rectificado) conferidas inicialmente a los agentes de la patrulla nocturna de la Policía Local.

Por eso, en un rapto de lucidez, un comercial valenciano que estaba borracho como una cuba fue a la Jefatura de la Policía Local. En Sevilla, hay días en que se trata del único modo de que te detengan. Atrápame, que sí puedes.