EL beticismo salió de dudas. Una entrevista en Estadio Deportivo le desvela de qué juega Babic. El croata, que según su avalista Momparlet podía actuar de lateral y de extremo, demostró desde el primer clarinazo liguero su desmaña con un balón. Una hora le duró en el Colombino al nada avezado Cúper, quien se apresuró a relevarlo por Fernando Vega para detener la hemorragia que sufría el Betis a su izquierda.

Lo había comparado otro iluminado en su presentación con su compatriota Jarni. ¡Qué ironía! Este Babic que se entrena a ritmo de vieja gloria, y contumaz en regalar la camiseta que tan inmerecidamente le han otorgado alguna que otra vez, no ha conseguido mejor forma de dejar huella en el Betis que como consumado lenguaraz.

Resulta que el llamado Marko viene a decir que Chaparro lo margina por ser extranjero. Que le pregunten a Edu. O a Pavone, al que un argentino como él sentaba en el banquillo y al que el trianero dio gloria. Babic, además, acusa a su entrenador de no hablar, cuando a éste si algo le sobra es diálogo. Y, para más inri, se queja del método de trabajo que salvó al equipo, cuando hogaño se entrenan hasta los no convocados en domingo.

Empero, no expresa tanto su desazón el descoordinado futbolista con Slaven Bilic, el responsable último de su mosqueo al excluirlo hace días de la Eurocopa. Él, que encandiló al director deportivo verdiblanco frente a Brasil en el Mundial, porque la impericia de éste ante el televisor le impidió darse cuenta, pese a las advertencias, de que el 3-5-2 de Croacia no era exportable al Betis, verá ahora de igual manera que su mentor los partidos de su selección. Al menos, el beticismo ya sabe su papel en el vestuario: medio criticón.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios