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En la cruz del coronavirus

Las residencias de mayores han sido uno de los puntos más negros y habrá que replantear su funcionamiento

Hoy es Viernes Santo, el día en que se conmemora la muerte de Cristo en la cruz. Se entienden mejor las terribles consecuencias del coronavirus. Hasta ayer han fallecido 15.238 personas en España, 652 en Andalucía y 141 en Sevilla. Entre esa larga lista de víctimas parece que faltan muchos más, que han muerto en residencias de mayores, sin que se haya podido acreditar que la causa fue el coronavirus, por la falta de test. La mayor vulnerabilidad está castigando a los más débiles, a esas personas a las que se llamaba ancianos o incluso viejos (en Sevilla hay una céntrica calle Viejos, un nombre que proviene del antiguo hospital); es decir, los mayores de 85 años, que están cayendo por decenas en muchas residencias.

El martes se confirmaba que en la residencia Joaquín Rosillo, de San Juan de Aznalfarache, han fallecido 24 personas. En la residencia Domus Vi Santa Justa, de Sevilla, hasta ayer han sufrido12 muertes, además de ancianos y trabajadores contagiados. Son sólo dos ejemplos. Y, desgraciadamente, esto no es lo peor si se compara con otras residencias de España, a las que no han presentado denuncias Adelante Andalucía, ni los podemitas de esas comunidades. Según los datos que circulan, en Madrid han fallecido más de cuatro mil y en Cataluña ya superan los mil muertos.

Las residencias de mayores han sido uno de los puntos más negros de la pandemia, y habrá que replantear su funcionamiento y sus circunstancias en el futuro. En China, tuvieron menos problemas con los mayores porque en gran número viven con sus familiares en sus casas. Entre otras cuestiones, en China no hay unas pensiones para los jubilados como las de España, sino mucho más míseras, pero además existe una tradición familiar para que los ancianos se queden en sus casas con sus hijos u otros familiares.

También pasaba en España, en otros tiempos. Pero ahora, por las circunstancias laborales y sociales, resulta más difícil atender a las personas mayores cuando se quedan impedidas. Por eso, las residencias han proliferado, igual que en otros países de Europa, con una tendencia semejante a la nuestra. Se asume con naturalidad. Pero, en esta pandemia, muchas residencias de mayores (no todas, que conste) se han convertido en foco de contagios, y han caído miles de mayores. Ya se notificó que en España había 8.377 pensionistas menos a finales de marzo.

En este Viernes Santo tengamos un recuerdo y una oración para esos mayores, que han muerto en la cruz del coronavirus. En muchos casos, solos y en el olvido.

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