La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La culpa es de los túneles

Si Belarra fuera ministra de Transportes la culpa de la chapuza ferroviaria sería de los túneles... Y de los plutócratas

Lo de los trenes que no caben por los túneles es el símbolo perfecto de las chapuzas de este Gobierno que parece -y en buena parte lo está- formado por aficionados. Por lo menos la ministra de Transportes es del PSC, no de Unidas Podemos, y se ha disculpado ante las comunidades afectadas, ha encargado una auditoría interna para "poder determinar con mayor detalle cuando se produjo ese error" y ha constituido un grupo de trabajo, en el que participarán los gobiernos de Asturias y Cantabria, para hacer seguimiento de todo el proceso. "No me va a temblar la mano -ha dicho- para depurar responsabilidades y evidentemente se van a producir ceses inminentes tanto en Renfe como en Adif". Si la ministra de Transportes fuera de Unidas Podemos haría con esta chapuza lo mismo que Belarra con la ley del "sí es sí": negar que los trenes estén mal diseñados y culpar a los túneles. ¿O acaso las reducciones de penas, de las que ya se han beneficiado 400 agresores sexuales, no se deben a errores de la ley sino "a una minoría de jueces [los machistas fachas con toga] que no la aplican de forma correcta"?

De lo que trata es de mentir y largar tinta de calamar. En su intervención del domingo en el acto podemita celebrado en el Círculo de Bellas Artes en defensa de la ley del "sí es sí", al que también asistió Irene Montero, además de insistir en la defensa del tema del consentimiento que nadie pretende cambiar y obviar lo que ha fracasado y sí se va a cambiar, Belarra cargó contra el empresariado y la banca con reflexionados argumentos totalmente exentos de demagogia populista y tricotosa: Juan Roig es "un capitalista despiadado" que, dado lo mucho que gana, no es un empresario sino un "usurero" (por lo visto lo importante no es que los empresarios creen riqueza y puestos de trabajo en los que se respeten los derechos de los trabajadores, sino que no ganen demasiado) y Ana Botín es una avariciosa que nada en billetes de 500 euros (imagen supongo que tomada de la piscina de dólares del Tío Gilito).

¿Qué tienen que ver Roig y Botín con la ley del "sí es sí"? Nada. Son la tinta del calamar. Para rematar, Belarra acusó a los medios de dedicar "horas de tertulias, televisión y telediario con contadores de violadores" en vez de hablar "de esos beneficios mil millonarios". Lo dicho: si esta señora fuera ministra de Transportes la culpa sería de los túneles... Y de los plutócratas.

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