REVANCHISMO no es saltar de alegría por el reconocimiento de algo que nunca debió ser cuestionado. Revanchismo es, por ejemplo, revocar algo ya firme por el mero hecho de que fue idea del enemigo. O, quizá mejor dicho, no del enemigo, que suena demasiado fuerte en estos tiempos que corren, sino del rival que cayó en las urnas al poco de dar a luz dicha idea. A la hermandad de la Macarena, un referente indiscutible en esta ciudad, le concedió el Partido Popular una subvención, ésta era refrendada por esa especie de carta magna que es el Boletín Oficial del Estado, pero para los recién llegados a la Moncloa en aquella primavera sangrienta de 2004, el BOE es papel mojado según para qué cosas. Dijeron que de lo dicho, nada de nada y ahora ha llegado la señora Justicia para decir que Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita. Y, claro, en la Macarena no caben en sí de alegría.