La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Tiene algo que decir el PSOE de Sevilla?

¿El alcalde socialista de la ciudad de Alberto y Ascensión tiene algo que decir sobre el traslado de sus asesinos?

Interior traslada a dos de los asesinos del matrimonio Jiménez Becerril, acercándolos al País Vasco, a la vez que se anuncia el apoyo de Bildu para la aprobación de los Presupuestos y que Pablo Iglesias tuitea: "La disponibilidad de la EH Bildu para votar sí a los PGE es una buena noticia. Demuestra responsabilidad y compromiso para avanzar con políticas de izquierdas. El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado". ¿Es legal este traslado? Sí. ¿Son legales los traslados de más de un centenar de etarras desde que Pedro Sánchez e Iglesias llegaron al Gobierno gracias al apoyo de Bildu y Grande-Marlaska es ministro del Interior? Sí. ¿Es legal y cumple todos los requisitos democráticos que Iglesias se felicite porque Bildu y ERC, junto al PSOE y UP, lideren la dirección del Estado? Sí. ¿Es todo ello repugnante para quien tenga conciencia? También.

Sobre esto no tengo dudas. Mi razón, mi conciencia y mi memoria me lo dicen. Lo que me pregunto es si el alcalde socialista de la ciudad de Alberto y Ascensión tiene algo que decir. Lo que me pregunto es si los concejales socialistas del Ayuntamiento del que Alberto Jiménez Becerril era segundo teniente de alcalde y delegado de Hacienda tienen algo que decir. Lo que me pregunto es si la sevillana secretaria general del PSOE-A tiene algo que decir. Lo que me pregunto es si los militantes socialistas de Sevilla y los votantes sevillanos del PSOE tienen algo que decir.

Sé que Aznar también acercó presos de ETA, pero sus herederos no estaban en su Gobierno. Sé que esta vez, junto a los asesinos de Alberto y Ascensión, se han acercado otros canallas, como los que quemaron vivo a un concejal de UPN y asesinaron a una niña de 4 años. Pero vivo en Sevilla, la ciudad de Alberto y Ascensión. Paso con frecuencia por Don Remondo, donde se cometió el grave error de no aludir a ETA en la placa que recuerda el asesinato de Alberto y Ascensión: cuando se ultime el blanqueo y pasen los años nadie sabrá en nombre de qué perversos ideales nacionalistas vascos los asesinaron a pocos metros de la casa en la que dormían sus hijos de cuatro, cinco y siete años. Y nunca olvidaré la mañana del 30 de enero de 1998. Ni olvido ni perdón.

Esto lo hacen, aplauden o consienten quienes invocan la memoria histórica para condenar crímenes cometidos hace entre 84 y 45 años por un régimen sin herederos en la política actual.

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