Editorial

Los derechos pisoteados de Maloma

EL Frente Polisario debe imponer su autoridad y acabar de una vez por todas con el cautiverio que sufre desde hace cuatro meses Maloma, la joven española de origen saharaui que fue retenida durante un viaje que realizó a Tinduf el pasado mes de diciembre. Tras el amago de liberación vivido hace unos días, las piezas han vuelto a la posición inicial y esta ciudadana residente en Mairena del Aljarafe sigue con su familia biológica en contra de su voluntad. No aceptamos las excusas que apuntan a que la joven de 22 años ha decidido quedarse definitivamente en los campamentos de refugiados saharauis. Si así fuese, ¿por qué no la dejan que se ponga en contacto, aunque sea por teléfono, con su familia española? Una simple comparecencia en un terreno neutral en el que Maloma no pudiese ser presionada bastaría para disipar todas las dudas. Apoyamos la petición de la pareja de hecho y de la familia adoptiva de Maloma de que, al menos, puedan hablar con ella por unos minutos. Lo contrario no se entiende y es altamente sospechoso.

El Frente Polisario debe comprender de una vez por todas dos cosas: que Maloma es una ciudadana española mayor de edad, independientemente del origen que tenga, y que la familia no tiene ningún derecho a decidir sobre su libertad. Nos cuesta mucho creer que el Polisario no tenga medios para hacer que se cumplan los más elementales derechos humanos en el territorio en el que se asienta. Su imagen está quedando gravemente dañada. En este sentido, los colectivos españoles que apoyan legítimamente a la causa polisaria deben presionar para que Maloma quede en libertad inmediatamente. Si no lo hacen se convertirán en cómplices de una situación de extrema gravedad. Apelar en este caso a las costumbres saharauis es, además de una excusa bastante burda, una traición a los más elementales principios democráticos.

Respecto al Gobierno, comprendemos su discreción, ya que es fundamental para la resolución de este tipo de asuntos. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirmó ayer que saben "perfectamente" donde se encuentra actualmente Maloma y que espera que el problema se resuelva "cuanto antes". No tenemos por qué dudar de su palabra, pero debe comprender la ansiedad y la frustración de la familia española al ver cómo a su ser querido se le pisotean sus derechos más elementales.

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