¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

La desaparecida fuente del Patio de Banderas

El surtidor sigue sesteando en un almacén municipal. Quizás lo repongan en el año 2500

La fuente del Patio de Banderas. ¿Recuerdan?

La fuente del Patio de Banderas. ¿Recuerdan?

A la Sevilla laica se le van las mejores. Siempre quejándose del peso de las cofradías en Sevilla y el día que pueden montar su propio aquelarre están todos en el bar. El traslado del vaciado en escayola de la escultura de Elio Antonio de (N)Lebrija fue una oportunidad perdida. La llevaron desde la sede de la malherida Escuela de Estudios-Hispanoamericanos hasta la Facultad de Filología (aún hoy, pese a algunos, en la Real Fábrica de Tabacos), donde ha encontrado ubicación definitiva (esperemos). Bien se podría haber portado la efigie del lebrijano en procesión civil, como las que se montaban en la Revolución Francesa, pero se optó por un traslado discreto que culminó, eso sí, en un acto de cierta enjundia académica en la que el magnífico Rector aprovechó para dar otra velada colleja a José Luis Sanz por su idea de echar a la Hispalense (quinientos años de historia la completan) de tan “precioso local”, como diría algún prócer de la gestión cultural sevillana. Nos perdimos una estampa para la historia: la imagen de Elio Antonio avanzando en paso de ruedas (no hay cuadrilla que pueden cargar semejante mole) por la perspectiva de la Avenida de la Constitución.

Pero el resultado final está más que bien y merece la pena una visita para el paseante. En la antigua puerta de Ciencias (hoy Filología) ha quedado depositada la escultura de (N)Lebrija –padre de la gramática española– junto a un pequeño y bonito boceto vidriado de la misma y una reproducción de la cabeza que demuestran la maestría de su autor, José Lafita. Otra merecida medalla para la catedrática Lola Pons, impulsora del asunto.

Y hablando de José Lafita, ¿qué ha sido de la fuente que se encontraba en el centro del Patio de Banderas que diseñó este artista? Al parecer, desde que la desmontaron hace más de una década para las excavaciones arqueológicas y la construcción de una cripta, sestea en un almacén municipal. Muchas son las voces que han preguntado en los últimos tiempos por esta pieza que se instaló en el Patio de Banderas en 1928, entre ellos el artista (y permanente inspector de fechorías urbanísticas) Ricardo Suárez, pero hasta ahora la respuesta ha sido que se repondrá cuando se acabe definitivamente el proyecto de la cripta arqueológica que se supone mostrará los hallazgos que en este lugar nuclear de Sevilla hizo Miguel Ángel Tabales. Es decir que, conociendo la antigua tradición hispalense de dilatar hasta el infinito los asuntos, no volveremos a ver la fuente hasta aproximadamente el año 2500. Y eso haciendo un ejercicio de optimismo.

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