Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Un descafeinado Sevilla-Osasuna

De un partido que solía encerrar una considerable carga morbosa sólo resta la vuelta de Camacho a Nervión

ABRE un partido lleno de morbo el año en Sevilla. Es un partido no rimbombante en su reclamo, pero con mucha química en la barriga y una barbaridad de carga morbosa en sus alforjas. Claro que ahora ni Caparrós es el entrenador del Sevilla ni Aguirre el de Osasuna, tampoco es Pablo Alfaro el capitán sevillista ni enfrente va a tener al Chengue Morales, aquel delantero charrúa con trapío de campeón de los grandes pesos. Son personajes que contribuyeron a que un partido entre sevillistas y pamplonicas estuviese siempre claro cómo empezaba, pero sin que nadie pudiese vaticinar si discurriría en paz o no.

Fue éste un enfrentamiento que fue encabronándose según avanzaba la presente década. Sin antecedentes dignos de reseñar, a fuer de coincidencias coperas y de cruces inoportunos del equipo navarro, el partido fue tomando calado y ocupando un sitio en páginas más propias de sucesos que de deportes. Y así, con este choque se abre el fútbol de 2009 en Sevilla para solaz de partidarios de este tipo de acontecimientos. Ya sé que con esos personajes que ya no están, las cosas no serán lo mismo. Tampoco contribuirá al morbo la situación de ambos, pues mientras el Sevilla es el que más cerca ve la matrícula del Barça, Osasuna ve la de los 19 restantes.

Pero que no desesperen los que van al campo viendo fantasmas y que levitan ante el menor atisbo de morbo. Y es la presencia de José Antonio Camacho, 12 años después de que fuese despedido del banquillo del Sevilla. Ni con Espanyol ni Real Madrid, el murciano volvió al Sánchez Pizjuán, y como ni Benfica ni España jugaron en Nervión en este periodo de tiempo, pues hoy reaparece en una casa donde las cosas no le fueron bien. Entre otras cosas porque fue en una época donde que saliera algo bien en susodicha morada hubiese sido un milagro. No es mucho, pero que se tranquilicen los amantes del morbo con la vuelta de Camacho; algo es algo.

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