Quizá al contraluz del sol joven y fuerte o, posiblemente, cuando ese mismo astro le da de cara junto al Archivo de Indias, pero la verdad es que en cualquier punto del perímetro catedralicio subyuga la imagen fernandina de la Virgen de los Reyes. Dicho lo cual, convengamos en que amanece el día grande del estío sevillano. Aunque las circunstancias hayan cambiado como han cambiado y no sea tan fuerte el número de sevillanos que abandonan la playa para venir a la procesión, la fecha sigue remarcada en la agenda estival. Eran otros tiempos, a los baños iban los que iban, sólo los muy pudientes, por lo que la procesión gozaba de un poder de convocatoria enorme. Además, el día contaba con la propina de un cartel de lujo en la Maestranza, que yo he visto esa tarde a Bienvenida, Curro y Paula juntos, pero, de todas formas, el 15 de agosto aún nos significa mucho.
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