Ni hojas de acanto, ni grabados antiguos, ni lienzos de la factoría de imitadores de Hohenleiter. El Pregón que siempre has querido está ya en la imprenta y poco a poco se van desvelando algunos pequeños secretos de su proceso de creación. Tiene el sugerente título de Los días del gozo, que evoca tiempos pasados donde la literatura y las cofradías formaban en el mismo tramo, y su portada es sobria como la estética de un nazareno de ruán, de tono merino como la capa de un elegante nazareno con hebillas de plata y con las letras marcadas por el color azul de la Carretería. El diseño responde a una máxima infrecuente en los asuntos cofradieros: menos es más. Todo es fiel al estilo alejado de la farfolla, los flashes y otra suerte de excesos que han estigmatizado el Pregón. Un retorno a la naturalidad perdida. Un Pregón con sus propias pastas. Un anuncio de los días del gozo.
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