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Crónica Personal

Pilar / cernuda

El dinero de las prestaciones

EL caso de los ERE de Andalucía lleva camino de eternizarse, la imagen de la juez Alaya arrastrando su trolley de papeles aparece a diario en los telediarios sin que se adviertan síntomas de que se aproxima el fin de la instrucción.

La mayoría de los españoles no acaba de entender cómo funcionaban los ERE fraudulentos; pero si se les explicara que con esos ERE se lograba pensionar a personas de la cuerda de los que pusieron en marcha el mecanismo fraudulento, y además utilizaban para sus tejemanejes fondos de prestaciones sociales, algunas de ellas del desempleo, a lo mejor habría una percepción más correcta de qué significaba el entramado de los ERE. Porque está claro que desviaban partidas presupuestarias para los expedientes fraudulentos, pero lo que no ha calado todavía en parte de la opinión pública que se niega a aceptar que la izquierda también comete fechorías es que gente de izquierdas pueda caer en prácticas corruptas y con los ERE andaluces no ha tenido el menor pudor en utilizar a conveniencia fondos que estaban destinados a paliar las penurias de los más desfavorecidos, entre ellos los parados.

Cándido Méndez ha dicho que UGT no estaba vinculada al caso de los ERE y que los miembros del sindicato que cometieron irregularidades, o delitos, lo hicieron a título personal. Se le suponía más rigor en la condena al secretario general de UGT, al final resulta que es de los que se ponen de perfil cuando vienen mal dadas y actúan como si el asunto no fuera con ellos. La juez ha imputado ahora a dirigentes de CCOO y de UGT, lo que significa que los que metieron la mano en el cajón fueron muchos y de muy diversa procedencia.

La juez Alaya no pone límite a las imputaciones. Cosa distinta es que los hoy imputados sean culpables de los delitos sobre los que deben responder, es obligado respetar la presunción de inocencia aunque muchos les tengan ganas a personas que han ocupado altos cargos en los gobiernos de Zapatero, Chaves o Griñán o que se han movido en lo más alto de la esfera sindical. En su momento un tribunal determinará quiénes son culpables del enriquecimiento ilícito de unos pocos con operaciones en las que se utilizaba dinero destinado a otras funciones. Pero uno de los puntos que más escandaliza del caso de los ERE es la manga ancha con la que se analiza el comportamiento de personas que, por ser de un partido de izquierdas, o de un sindicato, parece que tienen bula.

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