Convendría que la selección resolviera por la vía rápida su pleito con Islas Feroe a fin de poder disfrutar sin cortapisas de la final del US Open. Nuevamente, al alcance los que quizás sean los más atractivos señuelos que ofrece el deporte español, el fútbol y Rafa Nadal. Como verá no digo tenis, sino simple y llanamente Rafa Nadal, el deportista más fiable que vio la luz en territorio español y que hoy afronta otro reto de los muchos que lidió.

Se solapan ambas citas, aunque lo más probable es que la nuevamente pujante selección de fútbol se dé prisas en hacer los deberes a fin de que el rival hinque la rodilla por la vía rápida. Se juega en El Molinón, lo que aporta un plus de emotividad cuando el estadio quede en silencio por la muerte de la hija pequeña de un paisano. Y a partir de ahí apostamos por un nuevo recital de los nuestros y ni a poderse pensar en la posibilidad de un maracanazo, claro que no.

Lo más probable es que Robert Moreno, ese joven seleccionador que entró por la puerta de atrás y que va ganándose la confianza del aficionado, haga algunas variaciones respecto al equipo que tan brillante recital dio en Bucarest. La insignificancia del contrario propicia los cambios y debe ser confortable vara con la que medir las posibilidades de los alternativos. Es día adecuado para los experimentos, aunque tampoco sería mala cosa lo de afinar los automatismos.

Y cuando den las diez en todos los relojes, las cuatro en Nueva York, distrito de Queens, Rafa Nadal a la conquista de otro Grand Slam, uno más en su larga y brillante carrera. Todo sea sin olvidarnos de ese España-Serbia de baloncesto en China clave para evitar el choque con el gigante yanqui antes de la final del Mundial. O sea que el domingo viene cargado de buenas intenciones con el plato fortísimo de una nueva cita de Rafael Nadal Parera con la gloria. Suerte.