Sine die

Ismael / Yebra

Os echaba de menos

POR fin estáis de vuelta. Llevo un mes ausente de vuestra cita semanal o diaria y bien que os he echado de menos. Acostumbrado como estoy desde niño a leer dos o tres periódicos diarios, el mes de agosto se me ha hecho interminable. Los tres días al año que no existe la prensa escrita son para mí tristes y vacíos. Me falta, no algo, sino mucho. Lo mismo me pasa en agosto cuando me faltan vuestros artículos y vuestras columnas de opinión.

Para mí, un periódico no lo es si no contiene una serie de firmas que opinen de la actualidad o, como a mí me gusta hacer, de lo divino y de lo humano. Hay noticias que lo son por sí solas, pero otras precisan del comentario experto que nos descubra las claves. A muchas informaciones hay que dejarlas reposar un tiempo prudencial para así poder entenderlas en su justa medida. Y eso es lo que hacéis los buenos articulistas: abrirnos los ojos a los lectores para que veamos el alcance de ciertas noticias o las repercusiones de determinadas medidas políticas.

Os echaba de menos. En agosto, mes en el que los periódicos, como dice un amigo mío, tienen menos páginas que la hoja parroquial, la información quedaba huérfana de vuestra opinión. Se ha generalizado y aceptado el hecho de que en ese mes todo debe ser ligth, frívolo y divertido. Los periódicos aumentan el espacio dedicado a la vida superflua y a las actividades del mundo de la piompa. Famosillos y personajillos varios encuentran en él su momento dorado en el que saltan de las revistas del corazón (enfermo) a las cabeceras más cualificadas. Todo parece estar justificado en agosto. Pero para mí un periódico no es eso, aunque acepte la tregua. La prensa escrita necesita de vuestros comentarios, de vuestras valoraciones, de las visiones que sois capaces de dar, aunque no siempre tenga que estar de acuerdo. Me parecen bien esos periódicos gratuitos que abarrotan los centros públicos, pero para mí no son auténticos periódicos, sino hojas informativas que, sin duda, cumplen su función. Es otra cosa. La opinión es a un periódico lo que el hábito al monje o la sal a la comida.

Dicen que el destino final de la prensa en papel será el de los fines de semana, con amplios espacios dedicados a la opinión. No lo sé. Los agoreros no siempre aciertan. Aun así estaría conforme. Lo que sí es seguro es que el periódico no es igual sin vosotros. Sinceramente, os echaba de menos.

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