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Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

El edén después de ETA

En el País Vasco los indicadores económicos relucen y el independentismo mengua

Tras la disolución de facto de ETA y el cese del terrorismo, se diría que el País Vasco se ha convertido una especie de casita de papel encima en las montañas, donde los hijos de Aitor son felices en su nido, y dulces besos se dan. No es que antes no tuviera bastante de eso: si ustedes han visitado esa tierra durante los años de violencia, se preguntarían también cómo con tal situación la gente por la calle era tan amable, pacífica y disfrutona. Cómo el sano discurrir de las ciudades y pueblos parecía estar ajeno al olor a pólvora y a las siluetas pintadas en las aceras sobre grandes manchas de sangre. Por qué prácticamente no se juzgan delitos de corrupción allí. El dicho "entre bomberos [abertzales] no nos pisamos la manguera" no parece explicar que el mangazo imperante en buena parte del país no se aprecie en la política vasca. ¿O es que los fiscales, la Ertzaina y la prensa allí están abducidos y no hacen su trabajo?

En la Euskadi post ETA el independentismo pierde fuelle. Parece no tener mucho interés para sus habitantes el meterse en un divorcio por las malas, con toda la mentira y odio que llevan esos procesos. La demoscopia nos relata periódicamente cómo los vascos que quieren un Estado independiente menguan, y crecen los que se encuentran cómodos con el actual nivel de autogobierno dentro de España. El trasfondo es económico. Qué terca es la economía, siempre anda detrás de todo. Antes, dándole alas, estuvo la reclamación soberanista histórica, las concesiones autárquicas, industriales y fiscales de los gobiernos y regímenes para compensar el independentismo… y el terror de ETA, que tenía también efectos en las concesiones durante toda la Transición y hasta ayer.

Un pueblo industrioso en una economía que contó con uno de los flotadores en el naufragio, la industria. Su tasa de desempleo con respecto, por ejemplo, a la andaluza recuerda al manido dicho estadístico para describir los peligros de la fe ciega en la media aritmética: "Si tú te comes el pollo entero y yo me quedo a dos velas, para la estadística cada uno nos hemos comido medio pollo". Da verdadera envidia saber del nivel de empleo juvenil vasco, y la horrible sensación contraria aquí en el sur, por ejemplo. No todo se puede explicar con el régimen fiscal especial del Concierto y el Cupo. Más bien parece claro que durante años el pistolero y su aliado creyente y practicante del PNV consiguieron consolidar a base de toma y daca en este o aquel parlamento una estructura económica privilegiada. Y saben mantener, ya por las buenas, lo logrado.

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