las claves

pilar Cernuda

Las elecciones europeas tensionan a los partidos

LOS miembros destacados de un mismo partido mantienen unas excelentes relaciones entre sí, o eso dicen, pero cuando llega el momento de elaborar candidaturas, de poner negro sobre blanco en unas listas para ocupar escaño en el Congreso, Senado, Parlamento Europeo (PE) o uno regional, las buenas formas saltan por los aires y empieza la lucha por abrirse paso, a codazos si hace falta, para escalar puestos hasta un lugar seguro.

Sólo UPyD ha cerrado sin problemas su lista, abrió un proceso de primarias y las ganó sin dificultad el catedrático Sosa Wagner, que ya había sido cabeza de lista en la legislatura anterior y ha realizado un buen trabajo como eurodiputado. Tampoco encontró problema Alejo Vidal Quadras para ponerse al frente de la lista de Vox, partido al que no se sumó sino que participó activamente en su creación, como hemos contado; el PP ya no le iba a incluir en la suya. Y las cosas se han producido con normalidad en el PNV, aunque tuvo que esperar a ver qué hacía su socio habitual, CiU, que aspiraba a presentar una lista única con ERC porque era la única manera de que en las elecciones se mayo no se visualizara que el partido que dirige Junqueras lograba mejor resultado que el que dirige Artur Mas, lo que dejaba en una situación imposible al presidente de la Generalitat. Después de tres o cuatro meses de negociaciones, finalmente ERC anunció que se presentaba en solitario, y Artur Mas se volvió hacia Urkullu pidiendo árnica y de nuevo acudirán con una lista común. Así, si ERC tiene más escaños que esa lista nacionalista conjunta, siempre podrá decir Mas que la responsabilidad es compartida con el PNV.

Problemas ha habido incluso en Izquierda Unida. Los desencuentros entre el ex coordinador Gaspar Llamazares y el actual, Cayo Lara, son evidentes y se han visualizado aún más estos días hasta el punto de que Llamazares ha decidido que su partido, Izquierda Abierta, presente una lista propia al PE por no estar de acuerdo con que se haya vuelto a ofrecer el número uno de la lista de IU a quien es eurodiputado desde hace una década, Willy Meyer… a quien apoyó cuando era Llamazares quien dirigía la formación política.

El PSOE ha cortado de cuajo las especulaciones con la designación de Elena Valenciano para encabezar la lista, número dos del partido y con diez años de experiencia en el PE como eurodiputada. Ha provocado una decepción reconocida en quien la encabezó la anterior legislatura, Juan Fernando López Aguilar, pero el ex ministro de Justicia se ha conformado. El problema es que varios ex ministros pretenden formar parte de esa lista europea -Trinidad Jiménez, José Blanco, Ramón Jáuregui, Valeriano Gómez, Jesús Caldera…- porque no están seguros de que puedan mantener su escaño actual en el Congreso, podrían producirse importantes cambios en el partido y dar paso a una generación más joven que les dejaría atrás. Rubalcaba sin embargo lo tiene claro: sólo estará en esa lista, si quiere, Jáuregui; podría estar también Blanco. Ni uno más. No cuenta López Aguilar, en el que prevalece su condición de eurodiputado sobre la de ex ministro. La semana próxima se celebrará en principio una entrevista entre Rubalcaba y Blanco, y de ella saldrá la decisión.

El morbo lo centra la lista del PP, no sólo porque se trata del partido que gobierna sino porque el silencio de Rajoy ha colocado a varios dirigentes del partido no al bordo del ataque de nervios sino en el ataque de nervios. Y además se ha retrasado la decisión más de lo previsto porque en principio Rajoy debía acudir a la reunión del PPE en Dublín con el nombre del cabeza de lista decidido. Es más, en el programa del PP está previsto que una vez elegido el candidato del PPE para presidir la Comisión Europea, hoy ese candidato, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, se hiciera una foto de familia con los cabezas de lista de los partidos que forman parte del PPE. Hasta hace una semana se decía en la sede de la calle Génova que el español estaría en esa fotografía, y sólo desde el miércoles advierten que Rajoy dará a conocer el nombre en la ejecutiva de mañana.

Esas mismas fuentes de la dirección nacional afirman que primero se conocerá el nombre y después, en abril, se producirá la crisis de Gobierno, que es lo mismo que anunciar a los cuatro vientos que el candidato será Miguel Arias Cañete, ya que no parece que se piense en otro ministro. Cañete nunca ha ocultado que le gustaría ser comisario europeo, pero pretendía mantenerse en Agricultura hasta octubre si efectivamente se llegaba a un acuerdo respecto a su designación. Sin embargo, Merkel defiende que los comisarios deban formar parte de la lista al PE, y eso es lo que provocaría su inclusión y que se adelantara la crisis. Si efectivamente es Arias Cañete el elegido, que con Rajoy nunca se puede dar nada por seguro hasta que se produce.

Las semanas últimas un hombre ha trabajado como negociador todo lo que ha podido, Antonio López Istúriz, secretario general del PPE, con excelentes relaciones entre los dirigentes europeos que forman parte de ese grupo. Y otra persona más, el ministro José Manuel García Margallo, ha jugado también sus bazas negociadoras. Porque son varias las decisiones que se deben tomar dentro de la UE, no sólo la designación de los candidatos a presidir la Comisión en la próxima legislatura. Dentro del PPE dos personas tenían más posibilidades que las restantes para ser los elegidos en Dublín, el luxemburgués Juncker y el comisario francés Barnier. España prefería a Barnier, pero Merkel a Juncker, y se trataba de acordar con Merkel el apoyo al de Luxemburgo a cambio de que la canciller apoyara a Luis de Guindos como próximo presidente del Eurogrupo.

Por otra parte, Margallo e Istúriz negociaban que el futuro comisario español tuviera entidad, una cartera de relevancia con una de las vicepresidencias de la Comisión. Y Margallo picaba mucho más alto: ha tratado de buscar apoyos para que el candidato del PPE a la presidencia de la Comisión fuera un español, y apostaba por Íñigo Méndez Vigo, una de las personas de más amplia trayectoria en el PE y actual Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, que además es amigo personal de Merkel. La tarea era prácticamente imposible, pero Margallo, de acuerdo con Rajoy, ha peleado por ella. Por tanto, era y es mucho lo que se negocia este fin de semana en Dublín.

¿Y quiénes formarán parte de la lista del Partido Popular al Parlamento Europeo? Pues también se negocia en Dublín, donde los eurodiputados españoles aprovechan su estancia para tratar de que se les mantenga en la lista. Y también González Pons desearía estar en esa lista, y Méndez Vigo -que podría ser el presidente del grupo si Arias Cañete pasara a la Comisión-, y se rumorea que Rajoy desearía que estuviera Ana Mato para suavizarle el trago amargo de que se encuentre en España cuando se celebre la vista oral de la Gürtel y su ex marido sea llamado a declarar …

Se suele decir que las elecciones europeas importan poco, pero no es cierto: la mayoría de las normas de obligado cumplimiento llegan de Bruselas y, además, son elecciones que provocan importantes movimientos en la lucha por el poder en los partidos.

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