DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

La enésima majadería de género

El Ayuntamiento enseñará a la mujer a montar en bici, ¿para cuándo al varón cortar una paletilla?

En nombre de los ideales más justos e incuestionables se puede cometer desde una barbaridad hasta incurrir en frivolidades varias. El Ayuntamiento de Sevilla destina hasta 30.000 euros a impartir cursos a mujeres de entre 18 y 65 años para que aprendan a montar en bicicleta. A los varones les están vedadas las clases, tanto como a una mujer de 66 años o incluso a un transexual.

La medida tiene un tinte populista, irrisorio y constituye la enésima majadería de género cometida, por supuesto, con el estandarte bien alzado de una causa noble como la igualdad. Hay gente que ve fascistas cada cinco minutos como la hay que avista machistas cada dos. Así pasa la vida. La ocurrencia se basa en un estudio que demostraría que sólo un 30% de mujeres en Sevilla usan este saludable medio de transporte, que debe haber sido un objeto de opresión del varón sobre la mujer. El curso incluye una interesante sesión (no es broma) sobre la historia de la bici y la mujer desde el siglo XIX, donde es de esperar que aparezcan los capítulos de Verano Azul donde ellas van en bici exactamente igual que ellos, pero no debían ser sevillanas, porque las sevillanas no saben darle a los pedales.

Por eso el pliego de condiciones del contrato incluye enseñar a las mujeres a guardar el equilibrio sobre el aparato, frenar, alzarse para coger impulso en las cuestas o pasar por una estrechez, entre otras obviedades. Yo creo que Juan Espadas ofrecerá pronto un curso para varones de entre 18 y 65 años sobre cómo cortar una paletilla. No ponemos jamón porque es más caro y, por lo tanto, más fascista.

Ante semejantes ofertas de cursos, que toman por tonta a la mujer una vez más y que siempre sirven para que alguien gane dinero, sólo cabe el sentido del humor, blindaje perfecto para soportar las estupideces de cada día. La clave consiste en tener claro que hombres y mujeres son iguales, que no hay trabajos vedados para nadie por su sexo, que la mujer puede alcanzar los sueldos más altos con toda naturalidad, que el hombre debe saber hacer las camas, lavar y planchar, porque es cierto que durante demasiado tiempo estas tareas se han imputado porque sí a las féminas; que el hombre no sienta complejo porque la mujer llegue más alto en cualquier orden de la vida. Y eso se demuestra... pedaleando. Sin criminalizar a un sexo, sin fomentar odios, sin inculcar resentimientos, sin arrogarse la exclusiva de entregar los carnés de la igualdad. Pero, claro, entonces nadie gana dinero. Y son 30.000 del ala. ¿Cuántas paletillas se podrían comprar con este dinero? Con sus cuchillos y todo. Bien afiladitos.

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