Fragmentos

Juan Ruesga Navarro

El ensanche de Mateos Gago

QUIÉN podría creer que la calle Mateos Gago fue objeto de un significativo ensanche con motivo de la Exposición de 1929? Se decía que era muy estrecha y tortuosa y que apenas se podía pasar por ella, y mucho menos podía pasar la procesión de la hermandad de Santa Cruz. Ha pasado el tiempo, y hemos avanzado tanto (léase esto con tono irónico), que después de casi cien años de las obras del ensanche, al estar vehículos aparcados en los dos lados, la calzada útil es de menos de tres metros de ancho, y por las aceras llenas de veladores y reclamos comerciales, apenas se puede pasar.

En la arquitectura local, con el ensanche ganamos un par de edificios de Aníbal González y la espadaña de la Iglesia de Santa Cruz, obra de Juan Talavera. El resultado actual es una calle de edificios notables de antes y después del ensanche y con unas inmejorables vistas de la Giralda, pero maltratada por la ciudad.

¿Qué se puede hacer para dignificarla? ¿Peatonizarla? No, porque es paso obligado para los residentes del barrio de Santa Cruz, que no tienen otro acceso ni salida, aunque es claro que se podría estudiar y mejorar el paso de otros vehículos ajenos a los residentes. Aunque se puede mejorar el estacionamiento privado, quizás poniéndolo en exclusiva para residentes. El ancho de calzada, con que pase un vehículo es suficiente, puesto que la calle desemboca en Fabiola a derecha e izquierda, cuyos tramos son aún más estrechos que como quedaría Mateos Gago.

Afortunadamente hoy en día es impensable un nuevo ensanche. El trazado y parcelario de nuestras calles históricas está protegido y es inamovible. Bien. Pero además, ¿para qué?, ¿para poner más veladores? Hemos leído que el Ayuntamiento va a estudiar con detalle el tema de los veladores, caso a caso. Me parece bien. Y esperemos que pronto lleguen las propuestas a la calle Mateos Gago.

Por mi parte les propongo las mismas de siempre. En primer lugar, que se cumplan las ordenanzas. Las aceras deben tener una anchura expedita para paso de personas y sillas de ruedas, así como de cochecitos de niños, a resolver por dentro o por fuera de los alcorques y por supuesto ese paso libre de veladores y otros elementos. Que también están regulados por la normativa: cartelones, pizarras, mercancía en la acera, etcétera. Los servicios públicos deben tener claros y reservados el acceso y estacionamiento (bomberos, ambulancias, etcétera). La carga y descarga bien resuelta así como el transporte público en cualquiera de sus variantes. Actuar con sentido común, con un plan detallado y paso a paso, sin retroceder. Es importante el comercio y la hostelería, pero debe ser compatible con vivir, circular y pasear tanto los visitantes como los vecinos. Y eso tramo a tramo, calle a calle. En definitiva, una ciudad moderna, en la que lo colectivo y lo individual están armonizados y con reglas del juego claras. Una ciudad en la que se pueda disfrutar de la calidad de vida que nos ofrece a todos.

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