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Crónica personal

Pilar Cernuda

El equipo de Obama

BARACK Obama tiene prácticamente ultimado su equipo, el grupo de personas que van a ayudarle a dirigir el país a partir del 20 de enero. El presidente electo lleva varias semanas intentando demostrar que se equivocaban los que le creían un superficial producto de marketing -empezando por la abajo firmante, encantada de haber errado en sus percepciones- y perfila su equipo buscando a los mejores. No tiene en cuenta su adscripción política o quiénes son sus amigos. Sencillamente elige a quienes piensa que están más capacitados para ejercer determinadas funciones. El fichaje estrella ha sido su rival, Hillary Clinton, que será responsable de la política exterior, pero no se queda a la zaga en cuanto a fichaje importante Robert Gates, secretario de Defensa de Bush y que continuará con Obama, lo que significa que Estados Unidos mantendrá la política de Bush respecto a Iraq y Afganistán, por ejemplo.

Queda mucho camino por recorrer antes de que en esta España nuestra un nuevo presidente organice su equipo en función de quién vale, con quién se relaciona o qué favores debe. Más todavía cuando el nuevo presidente pertenece al partido adversario de quien le ha precedido en Moncloa. Aunque para que todo sea dicho, algún ministro ha habido que ha mantenido a directores generales de su antecesor, antecesor de otro partido. Pero también hemos tenido un ministro que se quedó con el equipo de secretarias de su antecesor y, cuando años después, el que le había precedido en el cargo le sustituyó, pidió que cambiaran a las secretarias. Las que él había tenido anteriormente.

Nos falta cultura política y nos sobran amiguismo, nepotismo, servilismo y todos los ismos que quieran. Las listas de Gobierno se suelen hacer buscando hueco para aquel a quien se quiere colocar, en lugar de buscar para determinado hueco a aquel o aquella que mejor pueden ejercer determinado cargo. Y, además, las listas en España se hacen también teniendo en cuenta las cuotas territoriales, las cuotas de mujeres, las cuotas de jóvenes, de homosexuales… y salen como salen, sobre todo en los últimos tiempos. En el Gobierno sobran incompetentes y faltan cabezas bien ordenadas, sobra demagogia y faltan expertos, sobran insolventes y faltan personas con experiencia. Con las excepciones de todos conocidas, pero los ministros que dan la talla se cuentan con los dedos de una mano. Y así nos va, sobre todo cuando haría falta que en estos tiempos de crisis se contara con los mejores en lugar de contar con los más inclinados a mover afirmativamente la cabeza ante las ocurrencias de Zapatero.

A ZP le encanta hacer ver que es como Obama. Qué más quisiera.

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