La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

La espiral ya es una pared insuperable

Decíamos ayer que, instalados en una espiral de sofocones, la actualidad es como un violín con una sola cuerda, la del coronavirus. No se puede hacer planes de tipo alguno en una época del año preñada de futuro ilusionado y la cruda realidad es que estamos viviendo un sinvivir insoportable. Sólo imaginar que en un Domingo de Ramos con el sol en todo lo alto no podamos ver a la Amargura en la Alameda o a la Estrella por el Puente se nos hace tan cuesta arriba que es complicado pensar en otra cosa. Una Semana Santa sin lluvia y sin pasos es un panorama que se nos hace tan incomprensible que hasta cuesta entrar en otras cuestiones. Y si ayer decíamos que vivimos una insufrible espiral de sofocones, cada día que avanzamos se nos hace más difícil superar esa espiral convertida ya en una pared casi infranqueable. Como para pararse a pensar en otras cosas...

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