Aver. Aquí ha habido unanimidad en el elogio a Susana Díaz por su defensa de la legalidad, incluso a sabiendas de que esa defensa podía romper el pacto que daba estabilidad a su Gobierno y obligarla a convocar elecciones anticipadas que no le garantizan que pueda seguir al frente del Gobierno andaluz. Sin embargo, cuando parecía que esa defensa la iba a mantener la presidenta contra viento y marea, no sólo echa el freno sino la marcha atrás en la política de realojos de su consejera de Vivienda.

Un portavoz del Gobierno asegura que se analizará caso por caso de los realojados, pero de momento se quedan donde estaban, en los nuevos domicilios con los que fueron beneficiados tras mantener una conducta ilegal -Susana Díaz dixit- tanto por ocupar viviendas de forma ilegal durante dos años como por sus presiones a las autoridades a través de manifestaciones y del campamento levantado en el centro de Sevilla.

La consejera de IU a la que habían despojado de las competencias de vivienda las ha recuperado apenas 24 horas más tarde y aparece con cara de victoria, tras ganar, sin duda, el órdago que había echado. Todo esto, más el alojamiento a los inquilinos ilegales de la corrala, ha ocurrido después de que la propia presidenta alegara una vez y otra que sólo en Sevilla había más de 12.000 familias a la espera de una vivienda social con más derechos adquiridos que los okupas de la Corrala Utopía; y todo ello después de que trascendiera el dato bochornoso de que al menos una de las favorecidas era militante de Izquierda Unida, tenía trabajo y salario, y ningún hijo o familiar a su cargo.

Que lo expliquen. Que Susana Díaz explique las razones de su marcha atrás, del donde dije digo, digo Diego, que dé razón de una decisión incompresible, ilegal, discriminatoria y todos los calificativos negativos que quieren ponerse, esgrimidos por la presidenta y la gente de su equipo para justificar que no aceptaban de ninguna manera las decisiones de la consejera. Y sobre todo que explique si tiene algo que ver la marcha atrás con las amenazas de un dirigente de IU de levantar la manta sobre los dineros de los cursos de formación.

Los socialistas han puesto el grito en el cielo porque Miguel Arias ha utilizado la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para hacerse autopropaganda como candidato europeo, y no les falta razón. Pero la decisión de Susana Díaz de hacer lo contrario de lo que dijo que haría, también lleva a gritar con desencanto. ¿Es que todo vale con tal de mantener el sillón del poder?