Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

Frente a la realidad no sólo están los negacionistas. También hay farsa pandémica de las autoridades. En la primera ola, el Gobierno nacional contó sólo la mitad de muertos que el INE. Antes del confinamiento el virus se expandió poco por regiones como Andalucía y los publicistas de San Telmo construyeron un relato virtuisísimo: era porque teníamos el mejor personal sanitario, los ciudadanos más responsables y un gobierno autonómico que se adelantó al Covid. En la tercera ola no queda rastro del eslogan. Los ciudadanos no tienen cabeza; si mueren más de cien andaluces al día, es culpa del Gobierno central y los sanitarios sirven de atrezzo para las puestas en escena del presidente.

El lunes tenía una buena noticia que vender: se reabría el antiguo hospital militar de Sevilla tras tres lustros de abandono en la época socialista. El presidente acudió para destacar la puesta en marcha de las primeras 47 camas para enfermos Covid. Pero el márquetin montó un acto propagandístico con 20 sanitarios detrás de Moreno, puestos en formación castrense como decorado del evento, cuatro filas de cinco en fondo, en beneficio del espectáculo.

Una falta de respeto a los sanitarios, usados de figurantes como en el discurso de fin de año. El argumento de que Susana Díaz también hacía estas cosas es sublime en boca de quienes llegaron al poder con el lema del cambio. Pues Moreno no cambia, copia sin percibir que la inmodestia está en la raíz del declive de la ex presidenta. Los propagandistas de San Telmo no tienen sentido de la medida. El 17 de enero el consejero de Presidencia anunció una obra de 1,2 millones de euros en los accesos al puerto de Estepona como "una apuesta inversora importante del Gobierno de Andalucía". La consejera de Fomento añadió que el proyecto formaba parte del plan Andalucía en marcha. Ninguno de los dos contó la verdad; que aquello se hacía con fondos europeos. ¿Quién se va a enterar?

La campaña de la Junta contra la política agraria decidida en Europa por populares, socialistas y liberales, pertenece al mismo camuflaje. Contra la cantinela ultranacionalista de "España nos roba" se contestó que no pagan impuestos los territorios, sino las personas. Con las subvenciones de la PAC pasa lo mismo; las regiones no reciben ayudas, sino los agricultores, y unos mejoran y otros empeoran si se igualan los subsidios. Pero se utiliza sin pudor el "nosotros y ellos" de Puigdemont.

Europa es excusa habitual en la pelea doméstica. Se criticaron con razón las pegatinas del Gobierno de España en las primeras vacunas. Bendodo quiso aumentar la presión; adujo que Andalucía representa el 20% de la población española y exigió el 20% de los viales. Pero los andaluces son el 17,81% de los españoles, según datos del INE en julio. La diferencia entre el porcentaje de Bendodo y la realidad es exactamente un millón de personas. Qué más da; es una farsa. Se acerca el carnaval.

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